Elecciones en Escandinavia

Suecia revalida a los conservadores

El ascenso xenófobo empaña el éxito sin precedentes del ´premier´ Reinfeldt

La Vanguardia, , 20-09-2010

GEMMA SAURA – Estocolmo Enviada especial

SUMA Y SIGUE Un partido xenófobo entra por primera vez en el Parlamento con veinte diputados

SIN MAYORÍA ABSOLUTA Los conservadores deberán pactar con poco margen por su no a la ultraderecha
El moderado Fredrik Reinfeldt se convirtió ayer en el primer jefe de Gobierno conservador que logra la reelección en la historia de Suecia, confirmando el giro a la derecha que viene dando el país después de décadas de hegemonía socialdemócrata.

La mala noticia es que los conservadores no alcanzan la mayoría absoluta y ya han rechazado – como los socialdemócratas-la posibilidad de pactar con el gran triunfador de estas elecciones, la ultraderecha xenófoba con look renovado de Jimmie Akesson, de 31 años. Los Demócratas de Suecia son el primer partido xenófobo que se sienta en Parlamento.

Fredrik Reinfeldt está al frente de una Alianza de centroderecha formada por cuatro partidos, que se ha impuesto a la Coalición Rojiverde liderada por la socialdemócrata Mona Sahlin. El Partido Socialdemócrata, que construyó el envidiado modelo sueco de bienestar, sigue siendo el partido más votado, pero por los pelos y con el peor resultado de su historia.

Ambos bloques siguieron insistiendo anoche que no darán cancha a la ultraderecha, pero el hecho de que ninguno sume una mayoría absoluta deja el campo abierto a los pactos entre ambos bandos. Durante la campaña, Reinfeldt dijo que intentaría buscar el apoyo de los Verdes en caso de que no lograra la mayoría.

Exultante, el ultra Akesson declaró que su partido había escrito “historia política”, pese a la “censura y el boicot de los medios”, y destacó que tiene cuatro años por delante para influir en la política sueca. “No vamos a causar problemas, debemos asumir responsabilidades, es mi promesa al pueblo sueco”, dijo.

Los buenos datos económicos de Suecia, que ha salido airosa de la crisis financiera que azota al resto del continente, han impulsado la victoria conservadora. La economía sueca crecerá un 4,5% el 2010, el doble de la media en la UE. Tanto Reinfeldt como su ministro de Finanzas, Anders Borg, se han vendido como los artífices de la exitosa respuesta sueca a la crisis. Ambos cuentan con índices de aprobación muy altos.

Durante su primer mandato, Reinfeldt ha llevado a cabo privatizaciones, ha recortado subsidios – como la baja laboral por enfermedad-y ha bajado impuestos. Muchos suecos de clase media se han visto beneficiados por devoluciones fiscales para los asalariados, con el objetivo de incentivar la búsqueda de empleo. El paro, sin embargo, ha subido durante sumandato y alcanza el 8%. Especialmentemente preocupante es el desempleo juvenil, del 20%. Reinfeldt ha prometido seguir adelante con las privatizaciones, que ha cifrado en 100.000 millones de coronas (unos 10.000 millones de euros) en los próximos cuatro años.

También ha dicho que reducirá los impuestos para los pensionistas y ha prometido inversiones en educación, sanidad y creación de empleo. La socialdemócrata Sahlin, que aspiraba a convertirse en la primera mujer jefe de Gobierno en Suecia, se ha presentado, sin éxito, como defensora de un Estado de bienestar en peligro. El descalabro electoral cuestiona su liderazgo.

Los partidos mayoritarios lamentaron anoche el auge de los Demócratas de Suecia (DS), que doblaron sus resultados del 2006. Con raíces en un movimiento supremacista, el DS ha ido depurando en los últimos años su lenguaje racista para centrarse en un discurso antiinmigracióny antiislam, siguiendo el ejemplo del resto de la ultraderecha europea.

Bajo el lema “Tradición y seguridad”, promete traer de nuevo el estado de bienestar a través de reducir la inmigración, un discurso que puede haber calado entre los sectores más golpeados por la crisis.

El partido mantiene estrechos vínculos con el vecino Partido Popular Danés, que salió en su defensa cuando la cadena de televisión privada TV4 se negó a emitir un anuncio electoral del DS por considerar que incitaba al racismo. Los daneses pidieron enviar observadores electorales.

Desde la experiencia del populismo de Nueva Democracia a principios de los 90, Suecia se había mantenido a salvo de la extrema derecha. El partido sólo aguantó una legislatura, pero provocó la caída del gobierno de centroderecha.

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