Madrid

Goteo de gitanos rumanos en un mes

Las autoridades matizan que no hay «nada significativo» por el «efecto Sarkozy»

ABC, MARÍA ISABEL SERRANO / MADRID, 19-09-2010

¿Se ha detectado en el último mes mayor presencia de gitanos rumanos en Madrid por el «efecto Sarkozy? Las autoridades madrileñas aseguran que, de momento, no han notado «nada significativo», aunque están discretamente vigilantes. Sin embargo, Gabriel J., un gitano español que lleva once años en el mercadillo semanal de Aluche, nos decía ayer que, aunque con cuentagotas, «veo más gitanos rumanos por aquí. No muchos, pero son nuevos. Y se esconden». La misma sensación tienen en los puestos de al lado.
En el de bolsos de Gabriel está parte de su familia. Estrella, su mujer, lleva buena cuenta de las ventas. Los hijos atienden a la clientela. A este mercadillo de Aluche, que se monta todos los sábados, acuden no sólo vecinos de esta barriada, sino de otros distritos. Su fama le precede por los buenos precios. Además, está vigilado por la Policía municipal.
La zona tiene bastante inmigración. Magrebíes, iberoamericanos y subsaharianos. Ayer, nada más llegar, presenciamos la detención de una mujer y un hombre, al parecer de origen senegalés, por un altercado con la Policía nacional. Los agentes pidieron la documentación a la mujer y como no la tenía se quiso escabullir. Al forcejeo se unieron sus familiares. Ella y su hijo acabaron en el coche patrulla camino de la comisaría.
Esta también es zona de gitanos, españoles y rumanos. A los primeros, como es el caso de Gabriel, les vemos en muchos puestos de ropa, textil para el hogar, bolsos y zapatos. Sin embargo, ayer, algunos gitanos rumanos ofrecían sus productos a escondidas entre el tumulto. «Es normal —decía Gabriel—, porque no se identifican y no pueden pedir la licencia. Van y vienen. No siempre son los mismos. Yo soy autónomo y me pago la seguridad social. Ellos no. Creo que son ilegales. Pero se apañan como pueden porque tienen que comer y saben que les están echando de otros países».
Compra-venta de armas
Y apañándose como podía estaba Pietra (así dijo que se llamaba), vendiendo, a escondidas, ramas frescas de hierbabuena y albahaca que ofrecía sin perder la vista al frente por si aparecían los agentes municipales. Eso mismo le pasó a otro compatriota, un gitano rumano que se guardó como pudo, corre que te corre, las pilas alcalinas que vendía y se camufló entre el gentío.
La vigilancia policial es muy visible. No en balde este mercadillo estuvo a punto de cerrar hace un año cuando se detectó la venta de armas por parte de individuos procedentes de países del Este de Europa escondidos en una furgoneta cerca de la estación de Cercanías de Aluche.
Los rumanos son ciudadanos comunitarios desde enero de 2007. Sin embargo, Francia ha decidido expulsar a los gitanos rumanos en medio de fuertes críticas. España vigila discretamente sus fronteras por si se pudiera producir ese «efecto Sarkozy». De momento, nada. No hay avalancha. En Madrid, la Delegación del Gobierno, el Gobierno regional y la Jefatura Superior de Policía no han advertido mayor presencia de gitanos rumanos en los principales asentamientos, como es el caso de la Cañada Real Galiana. De todas formas, siguen adelante unos 30 expedientes de expulsión que, como adelantó ABC, se han abierto a gitanos rumanos de «El Gallinero» por su posible condición de delincuentes multirreincidentes.

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