alicia peñalva vélez pedagoga y autora del libro "sociedades modernas y desafíos multiculturales"

"Controlar que no se creen guetos en los colegios e institutos está en manos de las autoridades educativas"

Diario de Noticias, maría olazarán, 20-09-2010

pamplona. ¿Cómo nace este libro?

El libro se deriva de un estudio que hice para mi tesis doctoral. En la parte teórica se estudia el currículo intercultural, es decir, cómo se enfoca la diversidad cultural en la escuela. La diversidad cultural está muy presente en las aulas, pero hay que verla como una realidad no como un problema.

¿Cómo realizaron este análisis?

Queríamos ver cómo hay que planificar la educación para lograr que haya una interacción real de las culturas. No sólo saber que tú eres diferente a mí sino cómo vamos a convivir en condiciones de igualdad. Para ello analizamos el concepto de cultura. Cómo comprender que la diversidad cultural no es cuestión de procedencias o razas sino que es cuestión de que todos somos diversos. Lo que nos diferencia son nuestras formas de ser particulares. Tenemos diversas identidades independientemente de nuestra procedencia.

¿Vivimos en una sociedad intercultural?

La sociedad es multicultural, pero no intercultural. Si lo fuera habría una interacción entre culturas en plano de igualdad y desaparecerían todos los estereotipos que se manejan con respecto al inmigración. Se les sigue percibiendo como algo negativo. Aún no se tiene integrado que formen parte de la sociedad.

¿Queda mucho por hacer?

Sí y es cuestión de mucho tiempo. A nivel educativo hay mucho trabajo, aunque es cierto que en la escuelas las interacciones son mucho más fluidas. Los estereotipos que manejamos los adultos les vienen dados a través de su familia o la sociedad, pero posiblemente los menores sean los menos afectados. La imagen estereotipada que se tienen de otro pueblo u otra cultura tiende a homogeneizarles. Pero los árabes no son todos iguales. Dentro de mi identidad está el rasgo de ser árabe, pero eso no me define ni total ni parcialmente, es algo más que tengo.

En la parte práctica del libro se analiza cómo vive el alumnado extranjero su integración en la escuela y en la sociedad de acogida. ¿Qué quería conseguir con este acercamiento?

Queríamos saber qué papel toman en el proceso migratorio, cómo se sienten al llegar a una clase donde además de ser nuevo soy diferente, me percibís como tal y tenéis unas ideas preconcebidas sobre mí que yo no conozco. Quisimos darles voz con el objetivo de que los que estamos del otro lado nos pongamos en su lugar. Dejar de verles como extranjeros y aprender a mirar a la persona.

¿Y qué conclusiones extrajo?

Hablamos con unos 40 alumnos de distintos países que estudiaban en cuatro institutos públicos de Pamplona y la Comarca. Les preguntamos sobre sus percepciones a nivel social, familiar y personal y luego realizamos unas charlas. Los estados de ánimo era muy variados, pero me di cuenta de que si uno se pone en la perspectiva del otro se da cuenta de que las diferencias no son tantas y que no se deben a la cultura o la procedencia de la persona. Eran chicos y chicas de 14 – 15 años con los mismos intereses y motivaciones que los de aquí solo que tenían otras pautas culturales. Reconocían darse cuenta de que en algunos momentos la relación con los demás estaba mediada por ciertos estereotipos, pero los problemas eran más los propios de las edades. Decían que la gente no les integraba pero no tenían la percepción de que no lo hacían por ser extranjeros sino por ser nuevos.

¿Entonces no percibió rechazo?

En principio no. Lo que decían ayudaba a romper estereotipos que se manejan aquí como que la causa de la emigración es la pobreza. Hablaban de la ruptura que se produce a nivel familiar, añoraban su entorno, la familia, amigos, novios… Encuentran dificultades para establecer relaciones pero confiesan que los compañeros no tardan en acercarse.

Tras este análisis, ¿en qué aspectos hay que hincar el diente?

La escuela tiene un papel fundamental. El profesorado debe recibir una formación inicial y permanente adecuadas. Ser profesor no te hace tolerar, aceptar e integrar la diversidad por eso es algo que se tiene que trabajar. Aunque es cierto que en estos últimos años muchos docentes se han implicado de forma voluntaria. Pero además de la escuela, la sociedad y los medios son importantes. De hecho, nuestros encuestados afirmaban que la culpa de que sus compañeros tengan una imagen distorsionada de ellos es de los medios.

Uno de los temas que se abordan en los medios de comunicación es el tema del velo. ¿Cuál es su opinión?

Creo que falta información, falta mucho escuchar a quienes lo llevan. Es un tema que tengo pendiente y tengo que adentrarme en él.

Otro de los debates es la necesidad de que exista un reparto entre redes para que no se creen guetos.

Los niños y niñas que estén dentro del centro lo decide el departamento de Educación y el propio centro. Controlar que no existan guetos está en manos de las autoridades educativas. Son ellas quien deben dar las directrices a los centros y que vigilar que se cumplan. Si se permiten ciertas cosas a nivel político o social nunca vamos a llegar a la interculturalidad.

Pero la realidad es que hay unos barrios con más extranjeros y ellos tienen derecho a ir al centro cercano a su casa y no a otro…

La elección de centro debe ser igual para todo el mundo sea brasileño o del Baztan. Hay unas directrices para la escolarización y esas hay que seguir. Hay que ir al que te corresponda por residencia y para los que no quieren hay una red concertada. Si aquí no hay extranjeros pues que los haya, que el departamento meta mano. El problema son las ideas que se manejan a nivel social. ¿Por qué las familias no quieren llevar a sus hijos a centros con inmigrantes? Ahí está la responsabilidad social. ¿Se quiere o no se quiere que haya un contacto sano entre culturas? ¿Se quiere o no abandonar los estereotipos? Porque no sería la primera vez que se oye que los extranjeros bajan el nivel y, sin embargo, hay estudios que demuestran lo contrario.

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