Con aromas de integración

El Correo, MARÍA ÁNGELES CRESPO, 20-09-2010

Desde primera hora de la mañana comenzó el trasiego en el parque Antonio Machado puesto que, además de organizar todo lo necesario para cocinar el arroz en diferentes formas, los colectivos participantes en la fiesta trasteaban en los puestos para que los visitantes pudieran conocer también algunas características propias de sus respectivos países.

Era la de ayer una de las propuestas enmarcadas dentro del Año Internacional del Acercamiento de Culturas, y se pensó que la gastronomía podía se una buena manera. Y lo cierto es que visto el número de cupones vendidos para las degustaciones cabe deducir que la idea fue un acierto.

Quienes así lo desearon pudieron probar siete formas diferentes de cocinar este alimento que en todos los países se ha hecho un hueco. Desde Colombia prepararon ‘Lechona’; aunque no pudieron hacerlo a la vista de los comensales puesto que este cerdo relleno de arroz requiere pasar por el horno.

Los dominicanos afincados en Miranda ofrecieron ‘Moro de guandules’, o lo que es lo mismo, arroz con este ingrediente que es «algo parecido al guisante pero más con forma de lenteja», y lo acompañaron con costilla.

El arroz Marea Isabel es lo que se cocinó en la zona donde se instalaron los brasileños. El plato que muchos mirandeses degustaron era arroz con carne de vaca. El mismo ingrediente base, pero en este caso con verduras fue la oferta de Nigeria.

Los bolivianos prepararon delante de todo el público asistente un ‘Majadito’. En este caso el arroz lo condimentan con pimientos rojos y verdes, además de carne seca y yuca, plátano frito y huevo. También muchos ingredientes lleva el ‘Chaolafán’ ecuatoriano. Se conjugan las gambas con carne de ternera, pollo y cerdo; lleva también guisantes y se condimenta con salsa china.

La propuesta hecha desde Marruecos fue el ‘Safa’, un arroz dulce con almendras, pasas y azúcar. Así pues los distintos aromas impregnaron el ambiente y a ellos se unió también el inconfundible de la paella que ayer prepararon también Los Chachis.

Y mientras los fogones funcionaban música y juegos para todos con el ánimo de que unos y otros conocieran y compartieran experiencias.

Todos iguales

Sin duda la buena climatología contribuyó sobremanera y la miscelánea se convirtió en un todo. Así lo apreció, por ejemplo la marroquí Fátima, que tras más de diez años en la ciudad apuntó que el de ayer era un día para «compartir y conocernos todos, para que los niños se mezclen y vean que todos somos iguales y que no hay diferencias aunque algunos tengamos idiomas y religiones distintas. Esto está muy bien para que sepamos algo de los demás».

Tras apuntar que al principio «se pasa mal», comentó que en Miranda «la gente es muy maja y me ayudó a integrarme». También en ese sentido ella tiene claro que conseguir limar las diferencia es tarea de todos. «Cuando vienes de otro país no tienes que traer todo y querer mantenerlo, es imposible. Igual que quienes nos reciben nos aceptan, nosotros tenemos que ceder para integrarnos; hay que intentar se buen vecino. Todos tenemos que poner algo de nuestra parte». Y para que quedara claro dijo a modo de ejemplo que «es algo así como un matrimonio».

Y para los responsables políticos mirandeses que estuvieron presentes, el alcalde y la concejala de Servicios Sociales, esa conjunción funciona en la ciudad. «Miranda es lo que es gracias a que en otros tiempos ha acogido tradicionalmente gente, ya sea de otras comunidades o, por ejemplo de Portugal, y eso nos ha enriquecido», apuntaron.

Por eso entienden que actividades como la que se celebró durante el día de ayer son muy positivas porque, como apuntó Conchi Ortega, «son días para conocernos mejor. Cuando conoces pierdes miedos y en esa línea es en la que tenemos que seguir».

Campo recordó que la interculturalidad es «una realidad en Miranda», pues no en vano hay más de 5.000 extranjeros «y más de 50 países representados». Ayer se dio una pequeña muestra con la presencia de siete en el parque Antonio Machado.

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