Ejemplos

El País, ANTONIO YÉLAMO, 20-09-2010

Mientras en Cataluña asistíamos a un burdo y demagógico intento de aprovechamiento electoral del fenómeno de la inmigración, a raíz de la escandalosa deportación de gitanos implantada por Sarkozy, en Córdoba, un equipo de la televisión francesa T1 confeccionaba un amplio reportaje sobre el procedimiento seguido en favor de la acogida e inserción de los inmigrantes en dicha capital andaluza. Esto es, contemplábamos ese lamentable paseo por las calles de Badalona con la candidata a la presidencia de la Generalitat, Alicia Sánchez – Camacho, junto a una eurodiputada correligionaria del presidente francés, a la búsqueda desesperada de campamentos rumanos que no encontraron por ningún sitio y en la ciudad cordobesa, al mismo tiempo, se mostraban con orgullo los frutos de un trabajo callado y eficaz que, incluso, ha contado con el reconocimiento oficial de la propia Comisión Europea.

Así que los televidentes galos habrán podido comprobar en el influyente telediario de las 20.00 cómo, a diferencia de lo que se hace en su país, aquí se actúa concienzudamente en una labor que, tal y como asegura la edil de Bienestar Social de Córdoba, Ana Moreno (IU), “muestra cómo el trabajo desde la creación de derechos y la asunción de responsabilidades integra satisfactoriamente a las minorías étnicas y culturales y evita conflictos”. Ahí es nada. Y a buen seguro que la experiencia cordobesa puede que sea muy similar a la que desarrollan el resto de municipios andaluces que soportan una mayor presión migratoria. Una actuación multidisciplinar en el que se implican el resto de administraciones y que conviene no dejar atrás ahora que vienen los tiempos de aquellos que suspiran por la aplicación de métodos expeditivos y tremendamente injustos.

Pero, tal vez, lo peor sea comprobar cómo aquí algunos no van a ir con miramientos en este tema. La preocupación ciudadana por las consecuencias no deseadas con la presencia de determinados núcleos de inmigrantes se ha convertido en todo un filón electoral que amenaza, incluso, a determinados segmentos, tradicionalmente de izquierdas, y que ahora miran a la derecha en pos de la mano dura que dicen preconizar en esta materia. La tentación es lo suficientemente fuerte como para que desde aquí nos aventuremos a asegurar que éste será uno de los temas más importantes para las próximas municipales en determinadas ciudades. Lo sucedido en Badalona no es casual de ahí que no descartemos “paseítos” similares por estas tierras aunque bien podrían empezar por Córdoba, todo un ejemplo de cómo se tienen que hacer las cosas.

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