Perlas del papel

Sarkozy y la crisis gitana de la UE

Editorialmente se deplora la revuelta gremial de los líderes europeos.

El Periodico, 18-09-2010

Será algo excepcional, pero lo cierto es que Nicolas Sarkozy no tenía ayer quien le defendiera en ninguno de los 10 diarios de Madrid y Barcelona salvo al articulista José María Carrascal, quien reclamaba en Abc menos hipocresía, menos cuestionar la expulsión masiva de gitanos de Francia por ser gitanos y menos olvidar que París les paga el regreso a su país, Rumanía. ¿Qué solución proponía? Elemental: «Si todos los europeos nos parecemos cada vez más, no tienen sentido que los gitanos se empeñen en ser diferentes».La tropa de la trinchera de enfrente era más nutrida. José Antich, el director de La Vanguardia, por ejemplo, rememoraba una conversación de hace un par de años con un gitano húngaro, pianista de un hotel austriaco junto al Danubio, que le había ilustrado sobre el racismo sistemático que sufría, en su país y en Europa. «¿Puede Europa aceptar que un Gobierno manipule y banalice un discurso de rechazo de este calibre? (…) ¿Qué Europa es esta – se preguntaba AntichSEnD que es incapaz de acoger a un colectivo con raíces tan profundas?»

Una respuesta, literaria y plausible, la firmaba el articulista David Torres en El Mundo: «Europa es un paquidermo en equilibrio sobre una moneda de canto, un mamut sanguinario que oculta bajo la trompa un pasado trufado de guerras, genocidios y cruzadas religiosa. Como judíos ya no quedan, los cristianos nos dedicamos más a los gitanos y los moros. A unos los echamos a patadas de todas partes, a otros los masacramos a miles de Srebrenica. Quizá habría que leer mejor a los clásicos», concluía tras haber recordando que si Shakespeare había dejado escrita su opinión sobre los judíos, Cervantes había hecho lo propio con los gitanos. Manuel Rico, subdirector de Público, se dolía de «la paliza dialéctica que [la lenguaraz eurocomisaria Reding] recibió de los principales líderes europeos, incluido Zapatero».

Editorialmente, El País denostaba la revuelta gremial de los líderes de la UE en apoyo de Sarkozy y la implicación de Zapatero en ella. Y El Mundo pedía que Bruselas dilucide si París está vulnerando la ley y, si así fuera, le sancione. Pero los otros diarios madrileños proclives al PP se tentaron la ropa y no se pronunciaron, quizá porque se buscaban campamentos gitanos en Catalunya.

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