Zapatero apoya al presidente francés

El jefe del Gobierno español considera «mala práctica» los asentamientos ilegales

El Mundo, , 17-09-2010

M. R. / Bruselas
Corresponsal
En la tensa discusión entre el presidente
de Francia y el de la Comisión
Europea, la mayoría de líderes
optaron por el silencio. Pero, si había
que elegir entre la espada y la
pared, preferían inclinarse hacia
su colega jefe de Estado.
Así lo hizo el presidente José
Luis Rodríguez Zapatero, que, aunque
reconoció el «papel» de la Comisión
Europea para velar por la
aplicación de la legislación comunitaria,
insistió en sus críticas contra
el tono de la comisaria Viviane
Reding y el hecho de que hubiera
presentado las conclusiones de su
informe antes de terminar el expediente.
«Respetemos los procedimientos.
Si la Comisión, que está
en el ejercicio de sus competencias,
entiende que puede haber
vulneración del derecho comunitario,
puede abrir un expediente. Lo
que no puede es juzgar previamente,
eso no lo puede hacer», subrayó
Zapatero, en rueda de prensa.
El presidente español insistió en
que a la Comisión también se le
aplican los Tratados de la UE.
Zapatero evitó intervenir en la
discusión durante la reunión por
un asunto que Moncloa consideraba
ayer por la mañana «bilateral»,
pero insistió en criticar las declaraciones
de Reding, una vieja conocida
del Gobierno español, en particular
del ministro de Justicia,
Francisco Caamaño, que tuvo discusiones
públicas en reuniones y
ruedas de prensa con ella durante
la Presidencia de turno española
de la UE el primer semestre de este
año. Zapatero recordó esos incidentes
y dijo esperar que se contenga
«la fuerza declarativa» de la
comisaria luxemburguesa en el futuro.
La Comisión, según subrayó
el jefe del Gobierno, «le debe respeto
tanto un Estado como Francia
como a cualquier otro».
Además, sobre el fondo de la
cuestión, el presidente español calificó
de «mala práctica» los asentamientos
ilegales, aunque no quiso
valorar las expulsiones del Ejecutivo
francés y repitió que lo
importante es la integración de las
minorías.
La inclinación de Zapatero, aunque
moderada y diplomática, hacia
el lado de Francia, contrasta
con la postura de su propio partido
en el Parlamento Europeo, que
atacó al Elíseo y lo acusó de estar
cuestionando los valores fundamentales
de la UE. El PSOE votó
con el resto del Partido Socialista
Europeo una dura resolución en la
Eurocámara la semana pasada para
criticar a Francia por su «retórica
incendiaria» y «racista» y para
pedir al Gobierno de París la suspensión
inmediata de «todas las
expulsiones».
La resolución también acusaba a
la Comisión de una respuesta ineficaz
y tardía por no haber iniciado
un expediente contra Francia.
Zapatero, igual que la mayoría
de sus colegas comunitarios, parece
estar más de acuerdo con la línea
de otra resolución propuesta
por el Partido Popular Europeo,
que señalaba el problema, llamaba
a la Comisión a hacer más por la
integración de los gitanos y otras
minorías, pero evitaba el ataque directo
contra Francia. El presidente
socialista también estaba cerca del
líder del PP español, Mariano Rajoy,
quien dijo ayer confiar en la
buena actuación de Francia como
Estado de Derecho, «como no puede
ser de otra manera».

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)