Corresponsal

Tras un mes y medio de respuestas tibias para no molestar al Gobierno Sarkozy, la Comisión Europea no sólo prepara un expediente contra Francia por la expulsión de miles de gitanos, sino que la comisaria de Justicia acusó ayer a París de emular a los colaboracionistas de los nazis en la II Guerra Mundial.

La comisaria de Justicia, la luxemburguesa Viviane Reding, se ha irritado especialmente al leer la circular del Ministerio de Interior galo del 5 agosto, desvelada ahora por la prensa francesa, en que el Gobierno daba instrucciones a la policía de «evacuar» 300 campamentos ilegales, «en primer lugar, los de los gitanos», la mayoría rumanos.

«Me horroriza una situación que ha dado la impresión de que la gente es expulsada de un Estado miembro de la UE sólo porque pertenece a una cierta minoría étnica. Ésta es una situación de la que pensé que Europa nunca volvería a ser testigo después de la II Guerra Mundial», dijo en rueda de prensa Reding, en una poco sutil referencia al régimen colaboracionista de Vichy, que entregaba a la Gestapo a refugiados extranjeros, sobre todo judíos.

La comisaria prepara un procedimiento de infracción contra Francia por vulnerar la libertad de movimiento de ciudadanos de la UE y aplicar «de forma discriminatoria» la directiva que protege este derecho en los Veintisiete, incluida Rumanía.

«Mi paciencia se está acabando. ¡Ya basta!», exclamó la comisaria, dando un golpe en el podio de la sala de la Comisión donde hablaba. «Ningún Estado miembro puede esperar un tratamiento especial cuando los valores y las leyes europeas están en juego», insistió Reding, que dijo no haber visto en sus 11 años en la Comisión nada semejante al comportamiento de Francia. «Es vergonzoso», subrayó la comisaria democristiana, de la misma familia política europea que Sarkozy.

A finales de agosto, el ministro de Inmigración francés y el secretario de Estado para la UE aseguraron en Bruselas que las expulsiones se estudiaban caso por caso y no se dirigían sólo a los gitanos, si bien más de 8.000 han sido deportados este año, entre ellos un millar desde julio. Reding se quejó ayer de haber sido engañada. «Es escandaloso que una parte del Gobierno francés venga aquí y diga algo y otra parte del Gobierno haga lo contrario en París», afirmó.

El expediente aún debe ser aprobado por los 27 comisarios que componen el Ejecutivo de Bruselas, nacionales de cada Estado miembro (si bien no los representan, al menos en teoría), pero Reding dijo «estar convencida» de que Francia recibirá su castigo «en un par de semanas». Estos procesos contra los Estados se suelen aceptar automáticamente y el comisario del país afectado no pone pegas contra quien los presenta, entre otras cosas porque se aprueban un millar al año y nadie queda indemne.

En la práctica, se abrirá un largo carteo e intercambio de información (y de acusaciones) con el Gobierno de París que puede acabar, después de meses o años, en el Tribunal de Justicia de la UE, que puede multar al infractor. Reding pedirá a la Comisión que el procedimiento aprobado sea de «urgencia» para acelerar los plazos.

Las prisas de Reding contrastan con su lentitud de julio y agosto, denunciada por el Parlamento Europeo, que sometió la semana pasada a duros debates a la comisaria y al presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso. La Eurocámara aprobó el jueves una resolución, con mayoría del centro-izquierda, donde destacó la «acción tardía y limitada» de la Comisión y pidió a París que suspenda «de inmediato» todas las expulsiones.

En este sentido, Daniel Cohn-Bendit, líder de Los Verdes en el Parlamento Europeo y azote de Barroso, recalcó que los expedientes comunitarios son largos e insistió en que la Comisión debería pedir ya a Francia que deje de expulsar gitanos para «salvar el honor de Europa». El eurodiputado francés animó a la protesta contra Sarkozy con banderas europeas en el partido de fútbol de clasificación para la Eurocopa entre Francia y Rumanía, el 9 de octubre.

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