JAVIER RICOU – Lleida

El alcalde, Àngel Ros, endurece su discurso y amenaza con una clausura definitiva si no hay más control
La principal mezquita de Lleida, ubicada en la calle del Nord y dirigida por líderes de tendencia salafista, vuelve a estar cerrada. La Paeria ordenó ayer, por segunda vez en menos de dos meses, el precinto del templo después de que la Guardia Urbana incoara – el 6 de septiembre-un nuevo expediente por exceso de aforo.

Los responsables de esa mezquita – a la que acuden la mayoría de musulmanes asentados en Lleida y provincia-tienen ahora quince días para presentar alegaciones. Pero el alcalde de Lleida, Àngel Ros, se mostró especialmente duro y dejó muy claro que no va a tolerar más irregularidades en esas instalaciones, pequeñas para acoger al actual número de fieles. Ros afirmó que este cierre podría durar más que el último – esa mezquita estuvo clausurada entre el 22 de julio y 6 de agosto-e insinuó que si los líderes del templo no cambian de actitud y acatan las normas, “el cierre podría ser definitivo”.

El nuevo precinto es consecuencia de la resolución adoptada en el expediente abierto el pasado 6 de septiembre por la Guardia Urbana, tras constatar que en el templo había, ese día, 612 personas, cuando el máximo aforo permitido para esas instalaciones es de 240 fieles.

El imán de la mezquita de la calle del Nord – en Lleida hay otro templo que jamás ha tenido problemas y al que acuden musulmanes de origen subsahariano-anunció ayer mismo que vaa presentar alegaciones. Abdelwahab Houzi mantiene que el recuento de la Urbana que ha propiciado este segundo cierre está mal hecho. El imán, al que medios policiales señalan como uno de los líderes musulmanes más radicales de España, afirmó ayer que los agentes contaron a fieles que aguardaban en la puerta al haberles prohibido el acceso para, precisamente, no exceder el aforo.

La Paeria se ha comprometido a ceder las próximas semanas un equipamiento público a este colectivo para sus oraciones de los viernes. El imán de la mezquita apuntó, por su parte, que rezarán donde puedan y tras el cierre fueron a orar a los Camps Elisis. La relación entre los líderes de esa mezquita y el Ayuntamiento pasa por un momento tenso y, ahora mismo, parece difícil que ambas partes puedan retomar un sosegado diálogo. La negativa del imán a construir una nueva mezquita en un solar del polígono, cedido por la Paeria, y el enfrentamiento por la ordenanza que prohíbe el uso del velo integral en los espacios municipales, no han ayudado a limar asperezas. Pero desde el Ayuntamiento se recuerda que la normativa municipal no entiende ni de razas ni de religiones y que todos los ciudadanos están obligados a cumplirlas. El exceso de aforo en la mezquita de la calle del Nord, además de provocar molestias a los vecinos de la zona, entraña “un grave riesgo para esos fieles”, indican fuentes municipales.