La Ertzaintza ha imputado al dueño de un céntrico bar de Basauri por presentar una denuncia falsa de robo. Según el Departamento de Interior del Gobierno vasco, hace justo una semana, el hostelero denunció que dos rumanos le habían robado 2.800 euros a punta de pistola. Sin embargo, su versión no se sostuvo y tan sólo unos días después comenzó a caer en contradicciones.

Estas vacilaciones llevaron a los agentes a cuestionar la veracidad de su relato y a girar el rumbo de la investigación. Finalmente, el propio hostelero reconoció que se había inventado el atraco denunciado para ocultar sus problemas económicos, señaló la Ertzaintza. Ahora se enfrenta a una posible condena penal por simular un delito.

Esta rocambolesca historia comenzó el pasado martes, cuando el hostelero, que regenta un bar situado cerca de la plaza Solobarria, a escasos metros de la propia comisaría de la Ertzaintza, denunció que un individuo armado había irrumpido en su local cuando se disponía a abrirlo.

Según declaró el hombre a este periódico, el supuesto ladrón había actuado a cara descubierta mientras un compinche le esperaba en el exterior vigilando. Tras amenazarle con la pistola, le obligó a entregarle la recaudación, 2.800 euros. Posteriormente, ambos huyeron a la carrera.

El hostelero facilitó incluso la descripción física de los dos presuntos atracadores a los que señaló como originarios de Europa del Este. En cuanto a la elevada cantidad del botín, la presunta víctima lo atribuyó a que coincidió con que era «el día de pago de varios proveedores».

Deudas

Nada más denunciarse el robo, los agentes de la Ertzaintza comenzaron a investigar para identificar a los autores y aclarar las circunstancias del suceso, una labor de la que también hicieron partícipe a la Policía local. Sin embargo, a medida que avanzaban las pesquisas, los agentes detectaron varias contradicciones en su versión, que les llevó a sospechar de la veracidad de su declaración. El pasado viernes, fue a retirar la denuncia y reconoció que el atraco denunciado había sido inventado, según la Ertzaintza.

Ayer, en una conversación con este periódico, el propietario del bar mantuvo su versión de los hechos y dijo que había retirado la denuncia para evitar «la presión de las investigaciones».