Agentes del Cuerpo Nacional de Policía entraron el jueves en dos prostíbulos del Alt Empordà y detuvieron a 10 personas. En esos locales se prostituyó presuntamente una menor rumana de 17 años. La joven puso la denuncia ya de vuelta a su país y las autoridades rumanas avisaron a la policía española. Los agentes no han dado con la banda que falsificó la documentación de la joven para explotarla sexualmente.

No se sabe cómo llegó a España la menor, con qué promesas ni de la mano de qué personas. Tampoco se sabe cuánto tiempo estuvo en el país ni en qué condiciones. Lo único que la policía tiene claro es que una menor de 17 años denunció en Rumania que se vio obligada a ejercer la prostitución en dos locales del Alt Empordà: el Cabaret Flamingo, en Roses, y el Up & Down Show Girls, en Siurana.

Los agentes buscan a una banda de rumanos que supuestamente forman una red dedicada a la explotación sexual de personas y a la falsificación de documentos. En los registros, no hallaron rastros de estas personas, pero sí constataron a través de los documentos que encontraron en los locales que la menor había pasado por allí. Los agentes no tienen indicios de que los propietarios de los burdeles supiesen que la joven era menor.

La policía acusa a cuatro responsables de los prostíbulos de favorecer la inmigración ilegal, de un delito contra los derechos a los trabajadores y de otro relativo a la prostitución porque comprobaron que se quedaban con la mitad del dinero que ganaban las mujeres, lo que implica explotación.