REMO / A un día de la Bandera de La Concha

El cono sur también rema con Kaiku

Federico Steindl y Óscar Andrés Medina, argentino y uruguayo, tomarán parte en su segunda tanda de honor en San Sebastián

El Mundo, , 14-09-2010

JON RIVAS / Bilbao
Sí. Aunque parezca increíble. Hay
un argentino que odia el fútbol.
Nació en Tigre y vive en Sestao.
Rema en Kaiku, y el año pasado,
con 27 primaveras, se cogió su primera
Concha, con la consiguiente
juerga de sus amigos del otro lado
del Atlántico, donde eso de coger
una concha significa algo muy diferente.
Federico Steindl lleva cuatro
años bogando en Kaiku. Y el fútbol
no es lo suyo. «Soy de River y
del equipo de mi ciudad, el Tigre,
que hace dos años luchó por el título,
pero no es algo que me llame
la atención. A veces lo he odiado.
Yo hago un deporte que es minoritario
en mi país y me fastidia que
sólo se hable de fútbol. Eso sí, después
del 4-1 a España de hace
unos días les hice algunas bromas
en la trainera, aunque aquí el fútbol
se ve de otra manera».
A su compañero Oscar Andrés
Medina, que es de Colonia (Uruguay),
el fútbol le llama algo más.
«Soy de Peñarol, y a veces traigo
la camiseta por Sestao y me dicen
que a ver por qué llevo los colores
del Barakaldo. Un problema», bromea.
Se llevan bien (véase la fotografía).
Nada parecido al conflicto
que mantenía cerrado el puente de
cinco kilómetros que unía sus respectivos
países a través del río
Uruguay y que la diplomacia consiguió
reabrir después de dos años
sin enlace.
Esto es otra cosa.
Destacaron en sus respectivos
países, en el remo de banco móvil,
y después viajaron a Europa para
progresar. En el Cantábrico descubrieron
las traineras. «Nunca mer
imaginé que acabaría remando en
una», dice Steindl. «Sólo la había
visto en fotografías. La primera
que toqué fue una que llevó el Gobierno
vasco a Argentina. Pensaba
que era algo más folclórico que
otra cosa, pero llegas aquí y te das
cuenta de la fuerza que tiene». Y
no sólo él. «recién la gente se está
dando cuenta de la importancia
que tiene este deporte aquí».
Tampoco conocían a José Luis
Korta. «Hasta llegar a España no,
pero liego ya le fui conociendo.
Además él sí que coincidió con alguno
de mis entrenadores en la
selección argentina, como Ricardo
Ibarra».
Tanto el argentino como el uruguayo
tuvieron algunos problemas
para adaptarse. «Yo llevo aquí cinco
años», dice Medina. «Primero
estuve dos años en Pontejos y después
en Kaiku y la primera vez
que me subí a una trainera fue indescriptible.
Me costó un mundo
adaptarme».
Todo era distinto. «La primera
sensación fue de impotencia, acostumbrado
como estaba al banco
móvil. No sabía cómo agarrar el
remo. En esta especialidad el impulso
se da de otramanera. Yo trataba
de meter el remo en el agua y
no me salía. Lo pasé muy mal».
Y no sólo por las constantes
agujetas, «y los dolores en los abdominales
», sino porque «aquí se
entrena distinto. En Uruguay si
llovía, jugabas un partido de
basket con los compañeros y a casa.
Aquí sales a entrenarte aunque
salga el temporal. Las primeras
veces, cuando hacía mala mar, me
mareaba. Me decían que mirara al
horizonte, y allí miraba yo, pero
muchas veces no había horizonte,
con el movimiento de la trainera».
En eso está mejorando: «Hoy en
día estoy un poco mejor, pero el
pasado año, en la Bandera de la
Concha, todavía sufrí».
Tanto Steindl como Medina se
dedican casi en exclusiva al remo.
El argentino trabajó en un ayuntamiento
vizcaíno durante algunos
meses, «pero se acabó. Ahora estudio
euskera. La verdad es que
me sirnto muy a gusto en este ambiente.
Me enamoré de la cultura
de este país, que lo que se ve y se
vive aquí. En este lugar me siento
muy a gusto».
Medina tenía en Uruguay una
pequeña escuela de remo, pero
también viajó a Europa para dedicarse
al remo de manera profesional.
«Allí hay ocho o nueve clubes,
y a las competiciones acude sólo
la familia. No es como aquí. No
hay remo profesional como en el
Cantábrico».
Ni regatas como la de La Concha.
«Mis amigos se quedaron
anonadados de la cantidad de gente,
de la multitud de barcos, del
color. En Uruguay dieron la regata
en directo por el Canal Vasco y
alucinaron», dice Medina.
Seguramente, el domingo la volverán
a ver. «Vamos a ganar»,
coinciden ambos. «Haciendo las
cosas bien, como debemos, sin
equivocaciones, la Bandera se irá
otra vez para Sestao», augura Óscar
Medina. «Como remero, preferiría
que fuera fácil», sentencia
Steindl, «pero desde luego, las regatas
que más se recuerdan después
son las que te costaron mucho
esfuerzo. Ganaremos».

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