El número de abortos ha descendido por primera vez en España desde que hace 25 años se despenalizó la interrupción voluntaria del embarazo. El año pasado se realizaron cerca de 112.000, alrededor de un 3% menos que los casi 116.000 del año 2008. Según datos de algunas comunidades, ese 3% de media puede aumentar hasta el 9% en alguna autonomía.

La titular de Sanidad, Trinidad Jiménez, no concedió carácter oficial a estos datos – advirtió de que son preliminares y que los definitivos se conocerán en próximos meses – , pero refrendó la tendencia indicada y calificó la bajada de «muy buena noticia». Arrimando el ascua a su sardina, la ministra atribuyó el descenso a la venta libre de la píldora del día siguiente, la principal medida puesta en marcha por su departamento para reducir los embarazos no deseados.

ANTICONCEPTIVO EXCEPCIONAL La diputada del PP Belén Fernández – Delgado manifestó que el análisis de la ministra carece de base científica y acusó al PSOE de tratar de hacer del aborto «un método anticonceptivo más». Y subrayó que los efectos en la estadística, en caso de existir, se limitarían a los últimos tres meses del 2009, ya que la venta de la píldora se liberalizó a finales de septiembre.

Expertos en planificación familiar también pusieron en entredicho la asociación entre la venta sin receta de la píldora y el descenso de los abortos, por lo que supondría en el sentido de normalizar un contraceptivo de emergencia, indicado exclusivamente para «situaciones excepcionales» como el olvido o la utilización incorrecta del sistema anticonceptivo habitual.

«Hemos notado que el número de mujeres que acuden a nuestras clínicas ha bajado, también en Catalu – nya. Pero la píldora poscoital no ha ayudado a ese descenso. Lleva poco tiempo y es un método poco eficaz, porque se suele usar tarde», apuntó Santiago Barambio, presidente de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (ACAI). Esta organización, con una treintena de centros en toda España, atribuye la bajada a la disminución del número de mujeres en edad fértil (14 – 50 años) y a la creciente caída de la inmigración.

Un reciente estudio de la ACAI reveló que el 43,6% de las mujeres que abortaron en el 2008 no eran españolas. «Además, la mayoría de las inmigrantes que abortan lo hacen en los tres primeros años de su llegada. Después suelen usar métodos seguros», subrayó Barambio.

ABORTOS CLANDESTINOS La ACAI apuntó que no se ha desterrado la práctica de abortos clandestinos inseguros. El cómputo de estas interrupciones, a las que recurren las mujeres con menos medios, modificaría las estadísticas oficiales. En el Hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid), pionero en la práctica de abortos y atención a mujeres tras la intervención, se ha detectado el uso del Citotec, un protector gástrico que puede provocar la interrupción del embarazo, pero que resulta peligroso.