El ministro del Interior se vio forzado a rectificar la orden de desalojo de campamentos tras ser filtrada a la prensa

El ministro del Interior se vio forzado a rectificar la orden de desalojo de campamentos tras ser filtrada a la prensa

Las expulsiones de gitanos preocupan a la ONU, enfadan al Parlamento y a la Comisión Europea y dividen al Gobierno francés, que intenta contrarrestar las acusaciones de racismo con un aluvión de circulares. El ministro de Inmigración, Eric Besson, se apresuró ayer a desmarcarse de la emitida por Interior en agosto, en la que se ordenaba a los prefectos el desmantelamiento de campamentos ilegales «prioritariamente los de los gitanos».

El titular del Interior, Brice Hortefeux, se vio obligado ayer a rectificar de su puño y letra las instrucciones que firmó en agosto su jefe de gabinete: «300 campamentos o asentamientos ilegales deberán ser evacuados en los próximos tres meses, prioritariamente los de gitanos».

Esta directiva seguía las directrices de un discurso del presidente galo en julio en el que dijo: «He pedido al ministro del Interior que ponga fin a las implantaciones salvajes de campamentos de gitanos, pues son zonas sin derecho que no pueden ser toleradas en Francia».

Ante la ola de críticas que ha levantado la orden, Hortefeux redactó otra en la que sigue pidiendo a los prefectos que continúen con los desalojos, pero especificando ahora «sean quienes sean sus ocupantes». El ministro espera aclarar así «cualquier malentendido sobre una eventual estigmatización».

Aunque la mayoría del Gobierno y su partido, la UMP, han intentado quitar hierro al asunto, el ministro de Inmigración se apresuró ayer a negar cualquier relación con la polémica nota. Dijo desconocer su existencia e incluso le restó validez. «La única circular válida es la que firmamos yo mismo y Brice Hortefeux el 24 de junio», aseguró. Este documento desarrolla en ocho páginas el marco jurídico para el desalojo de los campos y «tomar medidas de alejamiento de sus ocupantes» sin citar su origen étnico.

Varias oenegés han anunciado que recurrirán ante el Consejo de Estado para anular la polémica circular, que consideran «una provocación y una discriminación» y que «es la traducción del discurso político de Nicolas Sarkozy, el primero en hablar expresamente de gitanos».

Circular de la vergüenza

El Partido Socialista se sumó ayer a la resolución de condena del Parlamento Europeo tras conocer la «circular de la vergüenza». La Eurocámara exhortó la semana pasada a «suspender inmediatamente las expulsiones de gitanos».

La alta comisaria para los Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, calificó ayer de «extremadamente preocupante» la política francesa de expulsiones y denunció las «deportaciones colectivas». Pillay aseguró en Ginebra que esta actitud «exacerbará la estigmatización y extrema pobreza» de la etnia gitana. En agosto, el Comité por la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU ya criticó la actitud del Gobierno francés.

La Comisión Europea recordó ayer a París que no puede poner en su punto de mira «a ninguna categoría de población en razón de su origen étnico». El portavoz de Justicia citó a la comisaria Viviane Reding: en Europa no puede haber castigos colectivos ni estigmatizaciones en función de la raza.