¿Está por nacer un nuevo partido político en Alemania, a la derecha de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), la formación que dirige la canciller Angela Merkel desde hace 10 años? La posibilidad de una escisión cobró una peligrosa actualidad el fin de semana pasado cuando un grupo importante de militantes conservadores se rebelaron contra el liderazgo de la jefa del partido y su postura política de centro.

La diputada y presidenta de la influyente Organización de Expulsados Alemanes, Erika Steinbach, dijo que la CDU se había equivocado al condenar el libro de Thilo Sarrazin, donde el ex banquero acusa a los inmigrantes turcos y árabes de abusar del sistema social germano y criticó a Merkel por aislar al ala conservadora del partido y acercarlo peligrosamente a ideas que se defienden en la izquierda.

«Si alguien con carisma se decide a fundar un nuevo partido con un carácter realmente conservador, fácilmente podría superar la barrera del 5%», dijo la diputada, que se sintió censurada y excluida por la dirección de su partido.

Bofetada a la canciller

El descontento en el ala conservadora y los comentarios de Erika Steinbach, quien dirige una organización que representa a unos 12,5 millones de alemanes, sonaron como una bofetada a la canciller.

La revuelta se produjo cuando el país está envuelto en una polémica sobre la política de integración, desatada con el libro de Sarrazin Alemania se desintegra y cuyo contenido es aprobado por una inmensa mayoría de la población. Una encuesta reciente señaló que un 18% de la población votaría por un nuevo partido dirigido por Sarrazin, cuya formación, el SPD, inició ayer su expediente de expulsión.

Steinbach anunció, en el marco de una violenta reunión a puerta cerrada, que dimitiría de la dirección de la CDU, por haberse aliado con la extrema izquierda en el tema de la inmigración. Un nuevo partido, a la derecha de la CDU, podría causar ahora estragos en sus filas.