Suspendido un agente por agredir a un detenido esposado

El País, J. D. QUESADA, 14-09-2010

El detenido le dice a un cabo que unos agentes municipales de Alcorcón le han golpeado. “Si le pego yo…”, le contesta con desdén. “Pégame, pégame, pégame”, reta el esposado. El cabo, un hombre alto y corpulento, le suelta, una, dos y hasta tres bofetadas. “¿Quieres más, eh? ¿Con quién te crees que estás hablando?”, increpa el policía. “¡Pintamonas!”.

La presunta agresión, producida el 21 de febrero de 2009, la grabó un compañero. Al ver la tunda de golpes, el agente enfoca al suelo y deja ver su uniforme y las botas. El vídeo lo emitió ayer por Telemadrid, y a continuación el Ayuntamiento de Alcorcón suspendió de empleo y sueldo al agresor, que desde el incidente ha ascendido y ahora es sargento.

¿Por qué ha tardado 19 meses en salir a la luz la grabación? ¿Quién lo ha filtrado? El concejal de Seguridad, Salomón Matías, explica que no había visto el vídeo hasta ayer. “De inmediato hemos abierto una investigación interna y hemos llevado la grabación a un juzgado. Nos presentaremos como acusación particular llegado el caso”, añade Matías.

Los hechos están grabados en las antiguas dependencias de la Policía Municipal de Alcorcón. El agredido, según la televisión pública, es inmigrante y fue arrestado por conducir ebrio. No presentó denuncia por los golpes y quedó en libertad. La agresión es presenciada al menos por otros cinco policías que no intervienen. Tan solo uno de ellos intenta mediar: “Ya vale. Para, para”. En ese momento se escuchan otras dos bofetadas que la cámara no llega a grabar porque ya está mirando al suelo. El detenido está esposado en todo momento.

Los sindicatos policiales salieron al paso. Un portavoz de la Unión de Policía Municipal (UPM) destacó que se trata de un hecho difícil de enjuiciar fuera de contexto. Con más firmeza se manifestaron desde el Colectivo Profesional de la Policía Municipal (CPPM): “Es algo inaceptable, esperamos que todo se aclare, se haga una investigación y se averigüe qué ha ocurrido realmente”.

Las caras de los agentes aparecen pixeladas, pero el Ayuntamiento puso en marcha una investigación para desvelar su identidad que desembocó en la suspensión cautelar del sargento. El supuesto delito que comete, una falta de lesiones, podría haber prescrito al haber pasado más de un año.

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