Condeno las expulsiones de gitanos pero…

Público, Isaac Rosa, 13-09-2010

“Francia lamenta las caricaturas e intentos de instrumentalización de su acción, que alimentan el riesgo de estigmatización de esta población.” Eric Besson, Ministro francés de Inmigración

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Recuperamos de nuevo el chiste de otras veces, adaptado para la ocasión. Llega Sarkozy y le dice a sus ministros: “He decidido expulsar de Francia a todos los gitanos y dentistas rumanos.” “¿Y por qué a los dentistas?”, responden al unísono los miembros de su gabinete.

Sarkozy no es precisamente tonto, y lo demuestra al escoger su chivo expiatorio para esta temporada. Le va a salir barato, le hará recuperar popularidad, y tapará algo sus problemas judiciales y los conflictos sociales abiertos. Y todo sin tener que dar muchas explicaciones, pues no se trata de dentistas. Según Le Figaro, más del 70% de franceses apoya el desmantelamiento de campamentos y las repatriaciones. La prensa más crítica rebaja ese apoyo, pero lo cifra en al menos un 45%.

Y no sólo es Francia: hagan un sondeo informal entre sus vecinos, o lean los comentarios que acompañan estas noticias en los medios digitales, y ya me dirán. Bien lo sabe la derecha, que evita la crítica frontal e incluso coquetea con esas políticas, como ya ha hecho el PP en Cataluña.

Por lo general, nuestra tolerancia con las minorías siempre lleva un “pero”, aunque sea implícito. No soy homófobo, pero no querría que mi hijo fuese gay. No soy racista, pero no me gustaría que mi hija se casara con un negro. No soy xenófobo, pero no le alquilaría el piso a un magrebí. No tengo nada contra los gitanos, pero no los querría de vecinos.

Entre las muchas fobias que acumulamos, la de los gitanos es de las más viejas y arraigadas. Es uno de los pueblos más castigados y estigmatizados, que más persecuciones ha sufrido en la historia, y sigue siendo objeto de nuestro recelo, rechazo, miedo.

De pequeños, el grito de “que vienen los gitanos” nos metía a todos en casa. Hoy llegan unas cuantos rumanos a un pueblo y empiezan a circular rumores de robos de niños que alguna vez han acabado en linchamiento. Hace unos días se publicó el bulo de que la pequeña Madeleine McCann fue secuestrada por unos gitanos, y muchos lo vieron verosímil.

Por eso, ante las expulsiones en Francia (y antes en Italia), todos las condenamos pero.

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