EE UU intenta frenar la quema del Corán

La Verdad, MERCEDES GALLEGO CORRESPONSAL, 09-09-2010

El reverendo Jones posa junto a su pequeña iglesia de Florida con unos carteles en los que sostiene que «el diablo pertenece al islam». :: AP

¿Puede un solo hombre poner en jaque la paz del mundo? Eso es lo que ha hecho el reverendo Terry Jones para horror del Pentágono, el Departamento de Estado, la OTAN, la Unión Europea, el Vaticano… La lista de quienes intentan detener sus decisión de quemar cien libros del Corán el sábado durante el aniversario del 11 – S es interminable, pero todos se sienten impotentes. Jones se ha apoyado en su derecho constitucional a la libertad de expresión y nadie podrá impedírselo si decide seguir adelante. Hasta el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, que defiende el derecho a construir una mezquita junto a la Zona Cero, ha tenido que reconocérselo.

Las horas pasan y el reverendo se hace de rogar. Muchos se preguntan cuán loco está, de eso dependerá la paz del mundo. Si sólo busca notoriedad para su minúscula Iglesia de la Paloma de Alcance Mundial (Dove World Outreach Center) y su lucha contra el islám, no llevará a cabo su amenaza. Su página de Facebook tiene ya 11.500 fans y aumenta cada día. Pero si realmente ha perdido cualquier conexión con la realidad, arderán las calles desde Gainsville hasta Kabul. Los Bomberos de esta ciudad de Florida no le han concedido el permiso para la hoguera que había solicitado, pero Jones se ha asesorado con un abogado y sabe que si se limita a un metro cuadrado dentro de su propiedad nadie podrá impedírselo. «No tenemos ni idea de lo que está planeando este tipo», se lamentó el jefe adjunto de Bomberos Tim Hayes. «Haremos todo lo que podamos para impedírselo dentro de la ley».

Los vecinos han planeado manifestaciones alrededor de su iglesia para que el mundo musulmán sepa que es un loco aislado, pero la Policía instala controles en las carreteras por temor a que todos los radicales del mundo quieran vengarse de Gainsville, una pacífica ciudad universitaria de 125.000 habitantes que con el área metropolitana alcanza los 260.000. «Jones solo representa a 30 personas en esta ciudad», se quejaba el pastor Larry Reimer, que como tantos ha intentado en vano disuadirle. Jones ni quiera contesta los mensajes. «Tenemos que mostrarle al resto del mundo que él no es la cara del cristianismo», se ha propuesto Reimer.

Advertencia de Petraeus

Líderes religiosos de todas las creencias rezan desde el miércoles en la capital del país para que la divina providencia haga entrar en razón a Jones. «Sin duda las imágenes de la quema serán utilizadas por los extremistas de Afganistán y de todo el mundo para inflamar a la opinión pública e incitar a la violencia», ha advertido el general David Petraus, que ha apelado a su humanidad para no poner en peligro la vida de los soldados estadounidenses.

«El general necesita apuntar al islam radical y decirles que se callen la boca, que paren, que no nos arrodillaremos ante ellos», replicó el reverendo Jones en entrevista con la CNN. «Lo que hacemos es quemar un libro, no estamos matando a nadie. Tenemos muy claro lo que vamos a hacer, pero al mismo tiempo estamos rezando».

Jones dice haber vivido 30 años en Europa donde ha visto el avance musulmán y está convencido de que es el deber de los cristianos detener la conquista de un grupo religioso que compara con los nazis. «Somos conscientes de que esta acción es ofensiva. A mí también me ofende cuando queman la bandera de EE UU o la Biblia, pero a diferencia de ellos no amenazo con matar a nadie. Nuestro mensaje es más importante que ofender a la gente».

Incidentes menores como la publicación de una caricatura de Mahoma en un periódico danés o la falsa noticia de un Corán tirado al retrete por un guarda de Guantánamo provocaron revueltas en el mundo islámico y amenazas a embajadas. Si Jones sigue adelante, el domingo no será un día de descanso.

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