España es el tercer país de la Unión Europea con mayor tasa de extranjeros extracomunitarios en función de su población autóctona, tal y como se desprende de las cifras sobre residentes foráneos en la UE publicadas por la Oficina Estadística de la Comisión Europea (Eurostat), y referidas al año 2009. Según ese balance, en España viven hoy más de 3,37 millones de inmigrantes no comunitarios, es decir el 7,4% del total de su población (la media europea es del 4%). Solo Alemania, con 4,6 millones, supera a España en cifras absolutas, aunque la tasa germana apenas representa el 5,7% de su población. En datos relativos, están por encima Letonia (17,5%) y Estonia (15,4%). Ambos países cuentan con una notable presencia de residentes rusos, que, en conjunto, no superan el medio millón de personas.

Los cálculos de Eurostat indican que hoy viven en la UE casi 20 millones de ciudadanos procedentes de países no pertenecientes al club. Además, hay casi doce millones de europeos que viven en otros Estados miembros distintos al de su nacionalidad de origen. En esa categoría, España también figura a la cabeza de Europa, sobre todo en los totales absolutos (2,27 millones de inmigrantes europeos, solo por debajo de los 2,5 millones de Alemania), pero también en las tasas relativas sobre población: el 5% del total, en el quinto lugar tras Luxemburgo (37,6%), Chipre (9,8%), Irlanda (8,2%) y Bélgica (6,2%).

Sumando inmigrantes comunitarios y no comunitarios, en España habitan 5,6 millones de residentes extranjeros, lo que representa el 12,4% de su población global y el 17,6% de todos los que habitan en territorio de la Unión Europea.