R. S. / Berlín

Un hombre mata a siete personas en Bratislava

Cinco de las víctimas pertenecían a una familia de etnia gitana

El Mundo, , 31-08-2010

La policía eslovaca comenzó ayer a trabajar con la hipótesis de un crimen racista. Un hombre asesinó a los cinco miembros de una familia gitana, a los que descerrajó más de 20 tiros en su propio apartamento, situado en el barrio obrero de Devinska Nova Ves, en las afueras de Bratislava. Fueron sus primeras víctimas. La siguiente, lo fue por casualidad. Resultó herida cuando salió a la escalera del edificio para averiguar qué sucedía. Y a ésta siguieron muchas otras, ya que el tirador continuó disparando durante más de tres horas a todo el que tuvo la desgracia de cruzarse en su camino.

Los vecinos alcanzaron a ver por las ventanas una figura delgada y ágil, armada con un fusil automático, dos pistolas y orejeras de tirador para atenuar el sonido de los disparos. La policía recibió varias llamadas telefónicas en las que los testigos describían a un joven de entre 15 y 20 años, pero se equivocaban.

Después de la carnicería y cuando el asesino, acorralado por la policía, se quitó la vida, pudo comprobarse que se trataba de un ex soldado de unos 50 años. Sin embargo, todavía no hay conclusiones sobre los motivos por los que este hombre mató a una familia entera ni sobre por qué. En su huida del apartamento, el sospechoso disparó a más de 30 viandantes, causando finalmente siete muertos (cinco mujeres y dos hombres) y una veintena de heridos, entre los que se encuentran tres niños de corta edad y un agente de policía con herida de bala en la cabeza.

Según iban relatando los heridos a su llegada a diversos hospitales, el hombre comenzó a disparar, sin más, a las personas que esperaban en una parada de autobús y después a todo aquel que osaba asomarse por las ventanas. Otra de las víctimas mortales es un sexto miembro de la misma familia, pero el presidente de la jefatura de Policía, Jaroslav Spisiak, considera que este murió por casualidad, víctima de los disparos indiscriminados y no formaba parte del plan inicial del asesino.

La policía acordonó la zona y se sirvió de megáfonos para advertir a la población de que no saliese de sus casas y no se asomase a las ventanas. También se desviaron hasta 20 rutas de autobuses públicos.

Tras la confusión de unas primeras informaciones, según las cuales el hombre habría sido abatido, el ministro del Interior, Daniel Lipsic, confirmó que se había suicidado. Pero admitió que «la policía intervino de manera dura y sin compromisos, para evitar una tragedia mayor».

Algunos medios eslovacos informaban anoche de que el asesino perteneció a un cuerpo de las fuerzas de seguridad, lo que explicaría la posesión de armas y la abundante munición, aunque estos detalles no fueron confirmados por la policía.

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