Las otras 400.000 ‘Nenas’

Las mujeres gitanas en España reciben el fallo de Estrasburgo como un triunfo de la comunidad

Público, ROCÍO AGUILAR MADRID, 13-12-2009

La comunidad gitana ha
recibido el triunfo de La Nena
en Estrasburgo del pasado
martes como una victoria del
colectivo y, en particular, de
las 400.000 mujeres de la minoría
étnica con más peso demográfico
en España. El Tribunal
reconoció la boda de La
Nena por el rito gitano y los 29
años que vivió con su marido,
y condenó a España a pagarle
70.000 euros por su pensión
de viudedad acumulada.
Excepto en casos concretos
como el suyo, las mujeres gitanas
apenas tienen visibilidad y
su imagen se sigue asociando
a personajes folclóricos, vendedoras
ambulantes y con escaso
nivel educativo, que sólo
cumplen las funciones de madre
y esposa. Tras el fallo de
Estrasburgo, han aprovechado
para reivindicar más visibilidad
y los avances sociales que
ha tenido el colectivo.
“El feminismo gitano está
haciendo una revolución
tranquila para conseguir una
igualdad en la que los gitanos
nos acompañen”, afirma
Tamara Carrasco, responsable
de igualdad de género y organizadora
del Seminario Estatal
de mujeres gitanas, que se
ha celebrado en Madrid esta
semana.
Hace 30 años, la presencia
de estas mujeres en el sistema
educativo y en el mercado laboral
era muy escasa. “Actualmente,
encontramos desde sociólogas,
abogadas y economistas
hasta pintoras y cantantes”,
asegura Carrasco.
Educación y trabajo
“Las gitanas son cada vez más
emprendedoras y la mayoría
de los nuevos negocios los
crean mujeres”, explica la ponente.
De hecho, “se ha producido
un gran cambio para que
las gitanas no opten simplemente
por la salida laboral del
mercadillo o del campo, sino
también por otros oficios”, explica
Rosario Cerreduela, experta
en violencia de género.
Las mujeres gitanas insisten
en que uno de los principales
caballos de batalla que les ha
permitido alcanzar este objetivo
han sido los avances educativos,
aunque todavía siguen
siendo un lastre. “Todos los niños
están escolarizados. Sólo
pedimos más implicación
del Estado para que los gitanos
permanezcan en la escuela
hasta los 16 años [la edad
obligatoria], porque hay un alto
grado de absentismo cuando
llegan a la Educación Secundaria Obligatoria (ESO)”,
explica Carrasco.
Este es un handicap que
afecta sobre todo a las chicas
en los primeros años de
la ESO. En primer curso, el
porcentaje de escolarizadas
es del 39,3% frente al 60,7%
de los chicos. El problema del
abandono afecta, no obstante,
a ambos géneros: un 80%
del alumnado gitano que comienza
la ESO abandona antes
de finalizar la etapa, según
el informe Sombra, presentado
por la organización
ante Naciones Unidas.
El número de gitanos universitarios
sigue siendo también
escaso. De hecho, sólo
el 1% de los alumnos que acceden
a la universidad es de
esta etnia. A pesar de que en
los primeros años de la ESO
el absentismo es mayor entre
las mujeres, su presencia
en las facultades refleja los
avances que han conseguido
en las tres últimas décadas:
ocho de cada diez universitarios
gitanos son mujeres.
La familia gitana
La mujer es todavía el principal
pilar sobre el que se asienta
la familia gitana, que continua
siendo numerosa. La media
de hijos en esta comunidad
es de 3,28, lo que supone
1,86 hijos más que la media
de la población española,
tal y como afirma el informe.
Asimismo, más del 45%
de los gitanos son menores de
edad, por lo que representan
un amplio grupo de población
en edad laboral y también de
fecundidad. Esto hace que sigan
muy ligadas a las labores
de la casa, aunque muchas jóvenes
de las nuevas generaciones
están teniendo la misma
tasa de hijos que el resto
de familias españolas.
Cerreduela insiste en que
la mentalidad está cambiando
y en que se están adaptando
los valores de la cultura gitana,
pero recuerda que la libertad
de elección de las mujeres
sigue siendo uno de los
grandes retos.

Celia Gabarri
32 AÑOS
PALENCIA
EDUCADORA
«La educación
y el empleo
son la salida»
“Mi familia es tradicional
y nadie ha estudiado ni ha ido
a la universidad, pero hemos
llegado a un acuerdo”, asegura
Celia Gabarri, de 32 años,
que afirma que se puede ser
tan gitana como el resto sin necesidad
de estar casada. En su
comunidad, añade que apenas
escucha frases como “te vas a
quedar sola, si no te casas”.
“Son miedos que se irán acabando
con el tiempo, las consecuencias
de haber decidido
vivir de otra forma”, afirma.
Diplomada en Educación
Social, trabaja con mujeres gitanas
en Palencia, con edades
que oscilan entre los 16 y los
45 años. Juntas, debaten temas
como la comunicación, la
empatía o la violencia de género.
“Mi reto es ver cada vez a
más gitanas capaces de hablar,
que pudieran elegir”. Todavía
hay barreras, pero con educación
y empleo se bajarán.

Emilia Vázquez
34 AÑOS
BADAJOZ
AGENTE INTERCULTURAL

«La boda
ya no es una
obligación»
No está casada. Tampoco
tiene hijos. Su pareja actual
no es gitana. Emilia Vázquez,
extremeña de 34 años, cumple
los requisitos para alejarse
de los estereotipos que se
asocian con las gitanas y pretende
quedarse embarazada
el próximo año. Pero no quiere
casarse. Asegura que su familia
respecta su elección. De
hecho, vive con su madre y sus
tres hermanas, que también
están solteras.
“Las gitanas de avanzada
edad me envidian, porque
ellas no han podido disfrutar
de su juventud, apenas han tenido
vida”, afirma.
Emilia, que trabaja como
agente intercultural, cree que
el mayor cambio se produjo
en el empleo. “Antes no veías
a una gitana trabajando de cara
al público, mientras que hoy
las ves hasta conduciendo un
autobús”, enfatiza.

Pilar Losada
43 AÑOS
MADRID
MEDIADORA SOCIAL

«Aún muchas
chicas dejan
los estudios»
Pilar Losada lleva 17
años de luto y no piensa quitárselo.
“Es mi opción. Nadie
me ha obligado”. Con 43 años
ya es abuela. Sus hijos se casaron
pronto: “Les aconsejé que
no tuvieran prisa en casarse.
Pero era lo que realmente querían”,
afirma.
Esta gitana lucha contra el
absentismo escolar. Trabaja
en colegios para convencer a
chavales con problemas y sus
familias de que vuelvan a la escuela.
Asegura que, “aunque
es una batalla difícil y hemos
avanzado mucho”, el punto
de inflexión se encuentra, especialmente,
en los cursos de
secundaria: “Muchas chicas,
cuando llegan a la ESO, abandonan.
A algunas las sacan [de
la escuela] los padres, otras
deciden trabajar”. Para evitarlo,
cree necesario un cambio
de mentalidad y aumentar la
ayuda social.
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Pilar Losada
43 AÑOS
MADRID
MEDIADORA SOCIAL
«Aún muchas
chicas dejan
los estudios»
Pilar Losada lleva 17
años de luto y no piensa quitárselo.
“Es mi opción. Nadie
me ha obligado”. Con 43 años
ya es abuela. Sus hijos se casaron
pronto: “Les aconsejé que
no tuvieran prisa en casarse.
Pero era lo que realmente querían”,
afirma.
Esta gitana lucha contra el
absentismo escolar. Trabaja
en colegios para convencer a
chavales con problemas y sus
familias de que vuelvan a la escuela.
Asegura que, “aunque
es una batalla difícil y hemos
avanzado mucho”, el punto
de inflexión se encuentra, especialmente,
en los cursos de
secundaria: “Muchas chicas,
cuando llegan a la ESO, abandonan.
A algunas las sacan [de
la escuela] los padres, otras
deciden trabajar”. Para evitarlo,
cree necesario un cambio
de mentalidad y aumentar la
ayuda social.

Ana Jiménez
48 AÑOS
VIGO
AMA DE CASA

«Las grandes
ciudades dan
más ayudas»
“Mi espina clavada es no
haber podido estudiar una carrera
universitaria”. Esta gallega
de 48 años apenas tuvo la
oportunidad de ir a la escuela
y ahora es ama de casa. Dejó
el colegio con 9 años para ayudar
a su madre a cuidar de sus
hermanos tras morir su padre.
A los 40 años, cuando ya estaba
casada y había formado
una familia, consiguió el graduado
escolar y el carné de
conducir. “He intentado darles
a mis hijos las oportunidades
que yo no tuve”, relata.
Los avances de la colonia no
son homogéneos: “En algunas
regiones, las barreras se notan
más. Madrid y Catalunya,
como son grandes ciudades,
ofrecen más ventajas”. Su principal
reto es trabajar para hacer
más visible a la mujer. Cree
que es importante “enseñarles
que tienen que hablar, porque
a veces no se dan cuenta”