Editorial

Las oportunidades de la inmigración

Al contrario que en el Estado, en donde la población inmigrante en situación legal descendió en el segundo trimestre de 2010 por primera vez en muchos años, en Euskadi la inmigración continúa al alza

Diario de noticias de Gipuzkoa, 14-08-2010

HACE escasas fechas se publicaban los últimos datos sobre la población extranjera en situación legal en el Estado. Por primera vez desde hacía muchos años, desde que el Observatorio Permanente de la Inmigración realiza informes trimestrales, la población extranjera había descendido en el segundo trimestre de 2010. Obviamente, el descenso en más de 100.000 ciudadanos extranjeros está directamente relacionado con la precaria situación económica que atraviesa el Estado. Si hay algún indicador claro de bonanza económica, más allá de los grandes datos macroeconómicos, este no es otro que el índice de inmigración. No hay población más inteligente que la inmigrante, que acude allá en donde vislumbra un futuro mejor. Pero al contrario que en el conjunto del Estado, tanto en Gipuzkoa como en la CAV en su conjunto, el número de inmigrantes creció en el segundo trimestre de 2010, manteniendo la tónica al alza de los últimos lustros. No sólo eso, sino que en los doce últimos meses, la población extranjera en situación legal en Euskadi – existe otro número importante de extranjeros que residen sin tener los papeles en regla – ha crecido un 8,54%, contabilizándose a 30 de junio de 2010 un total de 109.839 extranjeros en Euskadi, 31.976 de ellos en Gipuzkoa, lo que le sitúa como la segunda comunidad del Estado en recepción de población inmigrante, sólo superada por Extremadura, si bien en este caso no son datos concluyentes ya que la población inmigrante en aquella comunidad era porcentualmente muy baja. El menor impacto de la crisis económica, la mayor estabilidad y calidad de los puestos de trabajo y una mayor red de tejido social son algunos de los factores que explican este aumento en momentos en los que la inmigración está a la baja en el resto del Estado. Si bien es cierto que cuando comenzó la inmigración masiva al Estado, Euskadi no fue un lugar preferente de elección – los polos de atracción siempre son las grandes urbes y las zonas agrícolas – , esta situación ha ido variando con el paso de los años, conforme los inmigrantes han tratado de mejorar su situación laboral en busca del empleo industrial y una socialización que no encontraban en unos empleos agrícolas en muchas ocasiones rayanos con la esclavitud.

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