El alcalde de Silla ve tintes racistas en el rechazo vecinal a la mezquita

Las Provincias, M. J. CARCHANO | SILLA., 14-08-2010

Los musulmanes de Silla no trasladarán su mezquita a la calle Primero de Mayo. La decisión parece bastante vinculada a las protestas vecinales del barrio, que llegaron a reunirse con el alcalde para protestar e iban a iniciar una recogida de firmas. Según el presidente del Consejo Superior Islámico de la Comunidad Valenciana, Said Ratbi, «el propietario del local ha subido el precio del alquiler de forma repentina» y por este motivo han decidido, de momento, continuar en el local donde están ubicados a la espera de encontrar un lugar mejor y que no cause rechazo entre la población vecina.

El alcalde de Silla, el socialista Francesc Baixauli, confirmó ayer que un grupo de musulmanes había solicitado una licencia de apertura para un centro de culto islámito en la calle Primero de Mayo, y dejó claro que no hubiera existido ningún problema en que se resolviera positivamente el expediente. Baixauli también ratificó que se había reunido con varios vecinos de la zona, molestos por la apertura de una mezquita cerca de sus casas, aunque explicó que algunas opiniones tenían «tintes racistas o estaban motivadas por el desconocimiento» de la cultura islámica.

Problemas

Y es que desde que hace cerca de un año se abrió el centro islámico en Silla, los musulmanes censados en esta población no lo han tenido fácil. El local está muy próximo a la sede de un partido de extrema derecha, con representación en el Ayuntamiento. Tanto Ratbi como el alcalde de Silla coincidieron en que se habían producido algunos incidentes, como provocaciones, pintadas o incluso la aparición de excrementos de perro en la puerta del local.

Este era precisamente uno de los motivos por los cuales habían decidido marcharse de ese local y buscar otro donde no tuvieran problemas con los vecinos. Ratbi apuntó también a que la asociación andaluza, con un carácter más festivo, les molestaba en sus rezos. «Además, hay un almacén de cebollas junto al local y el olor es insoportable», aseguró Mohamed, presidente de la comunidad islámica de Alcàsser.

Mohamed tiene claro que el objetivo de la comunidad islámica es integrarse en cada municipio, aunque al mismo tiempo quieren conservar sus costumbres y la práctica de su religión. «Queremos convivir de forma pacífica y evitar problemas con los vecinos», dice el dirigente islámico, que sin embargo confirma también que ha habido incidentes con gente vinculada a la extrema derecha en Silla.

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