Tecnología militar en la frontera mexicana

El Correo, MERCEDES GALLEGO CORRESPONSAL, 14-08-2010

Dos de los famosos aviones espía que Washington ha popularizado en las regiones remotas de Irak y Afganistán patrullarán desde ahora la frontera de EE UU con México. Es sólo una de las muchas medidas que firmó ayer Barack Obama para apagar el clamor de Arizona. Tan acalorado está allí el ambiente que los senadores interrumpieron el jueves su receso vacacional para aprobar la ley que proporciona 600 millones de dólares (470 millones de euros) y 1.500 nuevos agentes, además de los 1.200 soldados de la Guardia Nacional que ya van en camino.

«Desde que asumí la presidencia hice de la seguridad en el sudoeste una de mis principales prioridades», declaró ayer el mandatario, necesitado de votos para las elecciones legislativas de noviembre. Pocos le compraron este galardón que se atribuía. Las encuestas revelan que los hispanos que le auparon hasta la Casa Blanca están decepcionados ante la falta de una reforma migratoria. A la derecha, el Partido del Té se ha apuntado a las jugosas batallas de ánimos caldeados de las que suele sacar partido. Y es que si no hubiera aprovechado toda la ira que levantó la reforma sanitaria probablemente la formación no estuviera ahora en primer plano.

Mañana sus seguidores se manifestarán en la frontera aprovechando la hospitalidad que le prestará con sus tierras un ranchero vecino de Rob Krentz, cuyo asesinato en marzo pasado propició la expedita aprobación de la ley antiinmigración SB1070. El acto servirá también para apoyar la candidatura al Senado de J. D. Hayworth, un político de extrema derecha que aspira a derrotar al ex candidato presidencial John McCain en las primarias del partido republicano. Su retórica antiinmigrantes ha forzado a McCain a retractarse de sus iniciales apoyos hacia una reforma migratoria.

Quienes les apoyan argumentan que el embudo de Arizona ha disparado la delincuencia. Por los desiertos de este estado entra el grueso de los inmigrantes ilegales que llegan a EE UU, y en ellos también perece la mitad. Aunque los rancheros constatan que el narcotráfico acapara la lucrativa ruta de los coyotes para colocar de paso mochilas de marihuana, las estadísticas no reflejan la misma realidad.

Zona tranquila

El asesinato del ranchero Krentz en marzo fue el primero que se producía en la frontera de Arizona en más de 30 años. Phoenix es, según el FBI, una de las cuatro grandes ciudades más seguras del país, junto con San Diego, El Paso y Austin, todas ellas en estados fronterizos. Y los condados limítrofes del suroeste han visto decaer los crímenes violentos más de un 30% en las últimas dos décadas. Por eso el grupo proinmigrantes de Acción Fronteriza había pedido a Obama que vetase la ley aprobada «por políticos ajenos a la realidad de la frontera», dijo su directora ejecutiva Jennifer Allen.

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