Nuevo crimen en Torrejón

El País, F. JAVIER BARROSO, 14-08-2010

Misma zona. Misma hora. Y seis días de diferencia. Un nuevo crimen rompió ayer de nuevo la tranquilidad matinal de Torrejón de Ardoz. El dominicano Geraldo de la Rosa, de 19 años, murió de una puñalada en el corazón en el transcurso de una reyerta en una zona de copas de la localidad. Justo en ese lugar perdió la vida el pasado sábado el rumano Cosmin Virgil Costea, de 26 años, tras recibir un disparo en el pecho. La policía ha detenido a tres personas que participaron en la pelea de ayer y espera arrestar en las próximas horas a otros dos implicados, según fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

La reyerta de ayer se produjo alrededor de las 6.40 dentro del bar La Chasca, en el número 148 de la avenida de la Constitución, en un polígono industrial de Torrejón donde también hay bares de copas. Según algunos testigos, se inició una pelea en el interior del local entre dos grupos bien diferenciados de colombianos y dominicanos. Antes habían estado en una discoteca de las inmediaciones donde ya habían protagonizado un altercado. De las palabras pasaron a las manos y se inició una trifulca en la que participaron al menos unas seis u ocho personas, según estimaciones de la policía.

Horas después del suceso, un decreto del alcalde de Torrejón de Ardoz, Pedro Rollán (PP), acordaba la clausura durante un año de la discoteca Pícaro, a cuyas puertas murió el pasado sábado el rumano Cosmin Virgil Costea, de 26 años. Los dueños del local han anunciado que recurrirán la medida municipal por considerarla injusta y arbitraria.

La delegada del Gobierno, Amparo Valcarce, desvinculó los crímenes y anunció ayer que este fin de semana reforzará la seguridad con agentes antidisturbios.Uno de los contendientes cogió un cuchillo del bar y salió con el resto del grupo fuera del local, donde prosiguió la pelea. En un momento dado se dirigió a Geraldo de la Rosa y le asestó una cuchillada en el pecho que le causó la muerte prácticamente en el acto. Algunos testigos llamaron al 091 (teléfono de emergencias del Cuerpo Nacional de Policía). Al lugar acudieron varias patrullas de la Brigada de Seguridad Local, que se encontraron con la víctima tendida en el suelo en la acera de enfrente al bar, junto a la entrada de un taller mecánico. Los agentes avisaron a la UVI móvil del Ayuntamiento de Torrejón, cuyos sanitarios no pudieron hacer nada por la vida del joven. Tan solo certificaron la muerte, según fuentes policiales.

Los agentes detuvieron en la zona a tres personas que participaron en la pelea. Se trata de los colombianos Andrés Felipe H. L., de 22 años, que cuenta con un antecedente por lesiones, y Ricardo Andrés M., de 30 años, que se encuentra de forma irregular en España, ya que tiene los papeles de residencia caducados. El tercer arrestado es el dominicano Félix N., de 22 años, al que le consta una detención por un delito de lesiones, según informó una portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Los tres están acusados de participar en la reyerta, pero no se sabe el grado de implicación en la misma. Los agentes del Grupo VI de Homicidios, que se encargan del caso, están pendientes hoy de interrogarles, ya que ayer estaban tan ebrios que no podían contestar a las preguntas de los investigadores, según fuentes policiales. Los agentes esperan poder tomarles declaración a lo largo del día de hoy. El joven fallecido también tenía antecedentes por un delito contra la salud pública (tráfico de estupefacientes) y otro de atentado contra agente de la autoridad.

Ayer por la mañana aún continuaba la mancha de sangre sobre la acera de la avenida de la Constitución, junto a unos mendrugos de pan. El cristal de una de las puertas del bar estaba roto. Los agentes de Policía Científica llenaron esta zona, al igual que el coche que estaba estacionado junto al local (un Fiat Tipo negro) de polvos blancos para obtener las huellas de los participantes en la reyerta.

Los camareros del bar La Chasca declinaron ayer hacer declaraciones sobre lo ocurrido. Afirmaron que todo sucedió al poco de abrir (lo hace a las seis de la mañana) y que estaban poniendo desayunos para algunos trabajadores del polígono industrial de la zona. “Venían de otro bar de copas y han continuado con la bronca aquí. Nosotros no tenemos nada que ver con este asunto”, se limitaron a decir. La zona había acogido durante muchos años talleres mecánicos y de chapa y pintura, pero en los últimos tiempos algunos locales se han reconvertido en bares de copas que solo abren de noche durante los fines de semana.

La tranquilidad de la zona del suceso, donde nadie quería hablar, contrastaba con el lugar de reunión de los dominicanos, al final de la calle de la Virgen de Loreto, a unos tres kilómetros del lugar del crimen. Los amigos de Geraldo estaban destrozados. A mediodía de ayer, se abrazaban unos a otros entre sollozos, lo que no impidió que se mostraran violentos cuando se acercaba algún periodista. “¿No veis que lo estamos pasando fatal? Dejadnos en paz”, decían a gritos. Poco a poco, se fueron relajando y contestaron a algunas preguntas.

Los amigos de Geraldo destacaron que era una persona muy tranquila y que nunca se metía en problemas. Llevaba viviendo en Torrejón de Ardoz desde que era pequeño. De hecho, estudió en el colegio Juan Ramón Jiménez, según recordaba un amigo de la víctima. Tenía un hermano menor. Ahora estaba trabajando como camarero en un bar del parque de Las Veredillas, más conocido como el de los patos. “Su tía le había conseguido el trabajo para que se ganara un dinero y que no estuviera en la calle. Había comenzado a trabajar hace unos meses, antes del verano”, explicó otro conocido de Geraldo.

Los amigos no paraban de acordarse de los padres, que están de viaje en Santo Domingo, visitando a los familiares. “No quiero imaginarme cómo estarán cuando les hayan dicho que han matado a su hijo y tengan que volverse a toda velocidad para enterrarlo”, se lamentaba otro joven. “No hay derecho, porque Geraldo era una persona muy centrada, nada exaltado ni echado para adelante como otros. Si me lo hubieran dicho de otro, pues a lo mejor no me habría sorprendido. Este chico siempre bajaba al parque, estaba con nosotros, se tomaba unas cervezas y no se metía en líos. Por ejemplo, siempre pasábamos la nochevieja juntos y de muy buen rollo”, agregó otro amigo del fallecido, que lo conocía desde hacía ocho años.

Los jóvenes dominicanos también se quedaron sorprendidos por la detención de Félix, de su misma nacionalidad. Este chaval sufre algún problema físico y tiene que caminar con una muleta. “También es una persona muy tranquila. Seguro que al igual que Geraldo se ha visto metido en medio de la pelea sin comerlo ni beberlo”, destacó un amigo. Todos esperaban que el juez le dejara en libertad para preguntarle sobre el desencadenante de la pelea y la posterior muerte.

Fuentes judiciales informaron de que ayer por la mañana no había acudido ningún familiar ni conocido al Instituto Anatómico Forense, donde se encuentra el cadáver de Geraldo. Allí ingresó como desconocido. Está previsto que hoy se le practique la autopsia. En lo que va de año se han registrado 26 muertes violentas en la región, según datos de este periódico.

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