El burka como excusa

Diario de noticias de Gipuzkoa, por a. zugasti , 13-08-2010

NUNCA ha habido una guerra pensada en mejorar la situación de las mujeres. De ahí la gran mentira. Después de que un conglomerado de ejércitos decidiera que no deberían dejar pasar ni una más a los talibanes afganos, porque era demasiado peligroso que el virus se extendiera, porque había demasiados intereses estratégicos en juego y, además, Afganistán tiene la materia prima que nutre los vicios de occidente y el oro blanco que se meten en vena millones de drogadictos y les convierte en megamillonarios, por todo eso y por otras razones mucho más ocultas que están por descubrir, se inventaron que aquélla era una invasión que liberaría a las mujeres del burka que les encarcela en vida. Y nada de eso ha pasado. La revista Time colocó la foto de una mujer mutilada en la portada de hace una semana preguntando al personal ¿Qué sucederá si nos vamos? y muchas lectoras escribieron en la página web que ya estaba bien de utilizar otra vez a las mujeres como reclamo porque durante los diez años de invasión nadie ha dado un duro por ellas. Las fuerzas ocupantes incluso han dado aire a un gobierno misógino que, para saciar las exigencias del integrismo, ha aprobado leyes que obligan a las mujeres a pedir permiso para salir de la casa excepción hecha de alguna urgencia, deben “arreglarse” o “vestirse” para su esposo cuando se les exija y no pueden negarse a tener relaciones sexuales cuando su marido así lo quiera. Para esto no hacía falta una invasión, ni que nos vendieran la moto del burka.

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