EDITORIAL

Llamada diplomática

Diario Vasco, , 12-08-2010

Los cinco comunicados en que Marruecos protestaba airadamente contra eventuales incidentes fronterizos en Ceuta y en Melilla y la preparación de un boicot comercial parecen enmarcarse en una campaña tendente a reforzar la reclamación que sobre la soberanía de ambas ciudades formula periódicamente el reino alauí. La moderada respuesta de Rodríguez Zapatero tras su audiencia con el Rey en Palma no logró aplacar la tensión, que sin embargo pareció ceder ayer cuando don Juan Carlos telefoneó a Mohamed VI. Según fuentes de La Zarzuela, ambos jefes de Estado constataron «las excelentes relaciones» tanto entre los dos países como entre sus casas reales, que a su juicio no pueden verse perjudicadas por «pequeños» encontronazos. Razones geográficas, históricas, económicas y sociales confieren la máxima prioridad al mantenimiento de una fluida, estable y tranquila relación con el vecino del Estrecho. Pero la intervención del Rey pone de manifiesto que se había producido una situación sumamente incómoda, derivada de otra de esas tiranteces a las que tan dado es el régimen de Rabat. Más allá de la distensión real, Marruecos debe comprender que ha de conducirse por las vías de la diplomacia convencional y evitar nuevos sobresaltos poco leales.

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