El Ejecutivo defiende a la Policía después de las críticas de Rabat

El Correo, A. TORICES, 11-08-2010

El Gobierno va a mantener la diplomacia de guante blanco con Marruecos, pero al tiempo quiere dejar claro a las autoridades de Rabat que sus reiteradas denuncias contra los policías españoles que vigilan la frontera de Melilla por supuestos comportamientos «racistas» carecen de fundamento. José Luis Rodríguez Zapatero, a la salida de su primer despacho oficial con el Rey en Palma de Mallorca, mostró la voluntad de su gabinete para «informar, aclarar y dialogar» cuanto sea preciso con las autoridades del país vecino sobre este asunto, pero «por supuesto, desde el convencimiento de que nuestras fuerzas de seguridad actúan con la máxima corrección».

Diálogo y firmeza es la respuesta de Zapatero a la avalancha de quejas oficiales del Ministerio de Exteriores marroquí sobre los policías y guardias civiles que controlan los puestos fronterizos entre ambos países, que la diplomacia española no sabe muy bien a qué atribuir después de más de un lustro de buenas relaciones entre ambos Estados. El Ejecutivo marroquí comenzó la emisión de notas en julio, con dos escritos, y desde la semana pasada ha remitido otras tres, acompañadas en este caso de protestas de grupos sociales afines ante edificios españoles en ese territorio. El departamento dirigido por Miguel Ángel Moratinos ha preferido encaminar su respuesta por la senda de la discreción, para no alimentar un episodio, en principio menor, y evitar que derive en un conflicto diplomático.

El presidente del Gobierno apostó ayer por la misma estrategia cuando, tras defender a los agentes y su cumplimiento de la legalidad, mostró la «total disposición» de los ministerios de Exteriores e Interior para facilitar a Marruecos todas las aclaraciones necesarias, con el objetivo de que las denuncias «no supongan un factor que entorpezca las relaciones» entre dos países a los que «nos va a seguir uniendo una buena relación».

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