La Guardia Civil ha abierto una investigación para comprobar si existe alguna relación entre una embarcación sin ocupantes avistada ayer a la deriva a una milla y media de la costa de Altea y los tres cadáveres recogidos en el mar entre Jávea y Calpe durante la pasada semana, según fuentes próximas a las pesquisas.

Agentes de la Policía Judicial están analizando los efectos y enseres personales encontrados en el bote. Por el momento, esas pruebas no han arrojado pruebas concluyentes. Por lo tanto, ni se ha establecido vinculación alguna entre ambos hallazgos ni puede descartarse la hipótesis de que ésta exista, con la que también trabajan los investigadores.

El avistamiento se produjo a primera hora de la tarde. La embarcación, de unos cinco metros de longitud y dotada de un pequeño motor, fue remolcada por Salvamento Marítimo hasta el puerto de Altea. No pudo participar en esas tareas la patrullera del Instituto Armado porque hasta las ocho no entraba en servicio.

Como publicó recientemente este diario, esta situación es consecuencia del sistema de trabajo instaurado por el general jefe de la Guardia Civil en la Comunidad Valenciana, Cristóbal Santandreu, para el Servicio Marítimo. Éste se basa, según fuentes de la institución armada consultadas, en el cumplimiento de jornadas de 12 horas durante dos días consecutivos y de 24 sólo una de cada tres fechas.

De ese modo, existen amplios periodos de tiempo en los que las patrulleras de la Benemérita están amarradas en su base, sin posibilidad de apoyar a las unidades terrestres cuando se registra un desembarco de hachís o la llegada de una barca con «sin papeles» a bordo.

la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha denunciado reiteradamente que la decisión del general Santandreu constituye un desatino, puesto que da prioridad a la vigilancia del interior de los puertos deportivos, en detrimento de la línea costera.

La de ayer es la tercera patera que aparece en las costas alicantinas en las últimas tres semanas. Pero las dos anteriores, localizadas en la franja litoral de Santa Pola y a unas 44 millas de Jávea, sí llevaban inmigrantes a bordo, a diferencia de ésta.

Las fuentes consultadas por este diario no pudieron precisar si los radares del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) habían detectado su presencia, aunque todo parece indicar que no.

El hallazgo del bote obligó a Cruz Roja a establecer una situación de «pre – alerta» por si aparecían sus ocupantes, según indicaron fuentes de la ONG.

Los hechos coinciden en el tiempo con la recogida, durante la pasada semana, de tres cadáveres en el mar, entre Calpe y Jávea. Algunos de los cuerpos presentaban muy mal estado y la Policía Judicial de la Guardia Civil continúa tratando de identificarlos.

Aunque en un primer momento el delegado del Gobierno de la Comunitat Valenciana, Ricardo Peralta, apuntaló la tesis de que podrían pertenecer a un naufragio, la subdelegada de Alicante, Encarna Llinares, matizó el pasado lunes esas declaraciones y abrió los hechos a otras posibilidades. La titular del Ejecutivo garantizó que las costas de la provincia tendrían vigilancia pese a las críticas vertidas por la Asociación Unificada de Guardias Civiles respecto a los turnos de trabajo del Servicio Marítimo.