sociedad | álava

La crisis desata el miedo al racismo

decenas de subsaharianos denuncian el repunte de los ataques xenófobos

Diario de noticias de Alava, dna/efe, 01-08-2010

vitoria. Un centenar de personas se concentraron ayer en la capital alavesa para condenar el ataque que sufrieron cuatro trabajadores senegaleses en Lantarón y para denunciar que las agresiones a los inmigrantes procedentes de Senegal afincados en el País Vasco se están incrementando.

La protesta, organizada por la Federación de Asociaciones de Vecinos de Álava (Fava) y por el colectivo de senegaleses del territorio histórico, M"Boolo, fue organizada para denunciar unos hechos no conocidos hasta la fecha en la provincia. El caso es que hace dos semanas se conoció la brutal agresión que sufrieron los citados cuatro subsaharianos a manos de hasta seis individuos, dos de ellos, ex compañeros de trabajo de los agredidos. Según fuentes del Departamento de Interior del Gobierno Vasco, ya hay seis imputados por la paliza. El principal acusado, de 21 años, fue despedido de la empresa en la que trabajaban las cuatro víctimas por su actitud de desprecio hacia ellos.

Sea como fuere, lo cierto es que ayer el centro de Vitoria se convirtió en un foco de reivindicación. Un centenar de personas, la mayoría inmigrantes subsaharianos, secundaron el llamamiento, respaldado por sindicatos como CCOO, ELA y ESK. Como representación institucional, estuvo la diputada foral de Política Social, Covadonga Solaguren.

El presidente de la Asociación M"Boolo, Ousmane, agradeció el respaldo a la concentración y advirtió de que la comunidad africana residente en el País Vasco está preocupada porque, “últimamente están pasando cosas y la gente es más agresiva”. Consideró que el origen de estos comportamientos puede estar en la crisis económica y precisó que cuando se refiere a agresiones habla también de las verbales, no sólo de las físicas. “Todos los días sufrimos agresiones, pero las aguantamos porque somos responsables y detrás tenemos a mucha gente que depende de nosotros para vivir”, explicó.

Confianza en la justicia Ousmane precisó que la agresión a los cuatro trabajadores senegaleses de Lantarón “fue muy lejos porque querían matarlo”, por lo que insistió en su llamamiento para que no ocurra nada parecido de nuevo. Explicó que confía en la Justicia y aseguró que “más tarde o más temprano saldrá una sentencia justa contra los agresores”, al tiempo que alabó la actitud de la empresas al despedir a las personas que presentaban reacciones racistas.

“Damos las gracias a todos los que nos apoyan. Por desgracia, una minoría está sembrando el terror y no nos dejan trabajar en paz y nosotros queremos mostrar a la gente que somos ciudadanos que contribuimos a esta tierra y que deseamos que acaben las agresiones racistas”, manifestó.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)