AL DÍA LOCAL

Condenado a 39 años de prisión por disparar contra una familia rival en Eibar

El acusado también deberá indemnizar a la esposa y a los tres hijos de la víctima con 148.000 euros

Diario Vasco, JAVIER PEÑALBA | SAN SEBASTIÁN. , 30-07-2010

La Audiencia de Gipuzkoa ha condenado a penas que suman 39 años de prisión a un vecino de Eibar por el asesinato de un hombre de etnia gitana cometido hace tres años en la ciudad armera así como por haber disparado contra la esposa de la víctima y dos de sus hijos, a quienes dejó malheridos. El inculpado deberá indemnizar con 90.000 euros a la mujer del fallecido y con 8.000 a cada uno de sus tres hijos. De igual manera, tendrá que pagar otros 50.000 euros por las lesiones que sufrieron los familiares de la víctima. La defensa del acusado ha expresado su intención de recurrir la sentencia ante el Tribunal Supremo.
Los hechos, ahora sentenciados, ocurrieron el 14 de diciembre de 2007, en el transcurso de una trifulca entre un clan de etnia gitana de Eibar y otro de Tolosa que mantenían desavenencias que se remontaban a varios años atrás. El crimen se cometió poco después de la una de la tarde, en la calle Polonia Etxeberria del barrio eibarrés de Urki. Miembros de las familias habían acudido a una comparecencia en el Juzgado de Instrucción número 2 de Eibar, donde debían de declarar por la denuncia que el presunto homicida había interpuesto contra un miembro de la otra familia por la quema de un vehículo.
La declaración en el juzgado fue el detonante de una disputa en plena calle que terminó en un baño de sangre. En la comisión de los hechos, el acusado Rafael Valdés Echeverría, de 50 años, natural de Eibar, utilizó una carabina marca Savage, modelo 64 G del calibre 22 LR. Según la sentencia, el inculpado efectuó «un mínimo» de dieciocho disparos sobre la familia con la que estaba enemistado.
Cuatro impactos
Cuatro de los disparos impactaron en el cabeza de familia, José Jiménez Escudero, que falleció en el mismo lugar. El acusado atentó asimismo contra dos de los hijos de la víctima, de 23 y 26 años, que resultaron con lesiones de carácter grave.
La esposa del fallecido y madre de los dos jóvenes heridos, que asimismo se encontraba presente en el lugar, acudió rápidamente a auxiliar a su esposo y recibió dos impactos que le provocaron lesiones de las que tardó un año en curar.
Tras los hechos, la Ertzaintza, alertada por la llamada de los vecinos, se personó en el lugar y logró desarmar al agresor que fue detenido bajo la acusación de un delito de homicidio.
Durante la vista, el imputado negó los hechos y precisó que en el transcurso de los incidentes que se desencadenaron recibió un golpe con un objeto contundente en la cabeza que le hizo perder el conocimiento. Añadió que cuando recobró la consciencia las víctimas ya habían sido tiroteadas.
En el transcurso del juicio, una prueba pericial puso en cuestión la autoría de los delitos. Un informe desveló que no se hallaron restos de pólvora en las manos del acusado y sí en las de uno de sus hijos. Es decir, podría demostrar que Rafael Valdés no fue autor de los disparos.
Sin embargo, el tribunal considera que desde que sucedieron los hechos hasta las 19.15 horas en que se tomaron las muestras de pólvora, las partículas pudieron haberse desprendido de las manos del acusado. Tampoco descarta que en el transcurso de las seis horas se lavara las manos en el calabozo, a pesar de que los ertzainas le indicaron que no lo hiciera y que ni siquiera frotara sus manos con otras superficies.
El tribunal sustenta su fallo condenatorio en las declaraciones de los familiares de la víctima, que según precisa fueron unánimes respecto a que fue el acusado quien disparó y de que le vieron cargar el arma. Recuerda la Sala también que los testigos no vieron que ninguna otra persona efectuara disparo alguno.
El tribunal, no obstante, no descarta que uno de los hijos del acusado realizara también algún disparo posterior a los que había realizado su padre. La Audiencia, sin embargo, carece de elementos de prueba que le lleven a concluir que alguno de los tiros que realizó el hijo hubiesen causado alguna lesión en la familia rival.

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