El recuerdo a Django Reinhardt marca el inicio de las dobles sesiones

Lagrène y Lockwood abrirán la noche en Mendizorroza Gonzalo Rubalcaba volverá a la capital alavesa junto a su sexteto para dar por concluida la velada

Diario de noticias de Alava, Carlos González , 13-07-2010

Vitoria. Aunque el Festival de Jazz de Vitoria ya lleva dos jornadas en marcha, su escenario central abrirá esta noche el eje fundamental de su programación: las dobles sesiones de Mendizorroza, un carrusel de sonidos y emociones que nunca se sabe hasta dónde puede llegar (en la mayoría de las ocasiones para lo bueno, aunque no siempre). Y para este arranque, el certamen ha sido uno de los pocos (por no decir el único) que se ha acordado del centenario del nacimiento de uno de los grandes genios europeos, un pionero del jazz que junto a Stéphane Grappelli marcó un antes y un después: el maestro Django Reinhardt.

Bajo este paraguas, el viejo polideportivo abrirá la cita de la mano del trío de Biréli Lagrène (que contará con la colaboración del violinista Didier Lockwood), para dejar después paso a un pianista que siempre que acude deja un gran sabor de boca, un Gonzalo Rubalcaba acompañado por su sexteto. En definitiva, un más que interesante inicio de los recitales dobles, por lo menos a priori.

El aniversario de Reinhardt no es una celebración cualquiera. Aunque muchos no lo sepan, seguro que más de una de las melodías que compuso junto a Grappelli están en la banda sonora de un buen número de aficionados a la música (no ya del jazz) aunque no sepan reconocer quién fue el creador.

Jean Baptiste (que tomó como nombre artístico Django) era en realidad un humilde guitarrista sin conocimientos de escritura musical que creció en un campamento gitano de las afueras de París. Pero como el propio jazz, de lo más bajo llegó a convertirse en historia y eso que a los 43 años una hemorragia cerebral acabó con su magia.

Fue el primer jazzman europeo, cimentando una trayectoria muy influencia por el swing y sus raíces gitanas. Junto a Grappélli formó un dúo compositivo e interpretativo irrepetible y único, creando un singular método de tocar la guitarra debido a un accidente casero que le ocasionó problemas con los dedos de una mano. La Segunda Guerra Mundial separó a los dos músicos, que no volvieron a juntar sus caminos hasta 1946 aunque ya de forma esporádica. Ya en el 53, Reinhardt falleció, pero su leyenda e influencia siguieron creciendo.

No va a ser lo mismo, eso es evidente, pero Lagrène y Lockwood rememorarán esta noche parte de aquella magia del Quintette du Hot Club de France. Biréli y Reinhardt comparten muchas cosas. Ambos son franceses pero también gitanos, y en el primero es muy fácil identificar las influencias del segundo, sobre todo tras la creación del grupo Gipsy Project.

También Grappelli y Didier nacieron en el país vecino, aunque tal vez en su caso hay líneas más divergentes, entre otras cosas porque la carrera de Stéphane fue tan larga como prolífica y variada, y aunque quien hoy ocupará su lugar cuenta también con una más que interesante trayectoria, todavía le queda camino por delante.

Sin duda, será un primer concierto interesante, en el que más de un aficionado al jazz podrá disfrutar del pasado y presente. Y a pesar de que hay que agradecerle al Festival de Jazz de Vitoria que se haya acordado de este centenario, es una pena que en otros puntos de Europa e incluso Estados Unidos, los 100 años del nacimiento de Django (que para ser exactos se cumplieron el pasado 23 de enero) hayan pasado tan desapercibidos.

Teclas cubanas Tras el recuerdo y el homenaje al maestro francés, llegará el turno de un reencuentro muy esperado por muchos de los habituales al certamen gasteiztarra. Es Gonzalo Rubalcaba uno de esos músicos a los que en Gasteiz se le tiene un cariño especial, sobre todo desde aquella primera visita a la capital alavesa dentro de la sección Jazz del Siglo XXI, cuando era una promesa del gran intérprete que es hoy. De eso, con la tontería, han pasado 18 años.

El intérprete de La Habana (aunque lleva ya ni se sabe residiendo en Florida tras pasar por República Dominicana) es desde hace tiempo una referencia a las teclas, un pianista al que apadrinó en su momento, y no por nada, Charlie Haden. Discos como Inner Voyage son ya una referencia para el jazz de las últimas décadas, títulos en los que el músico ha demostrado su versatilidad y virtuosismo.

De los aires gitanos a los sonidos más latinos podría pensar más de uno. Pero circunscribir a Rubalcaba sólo dentro del latin jazz sería un error. Incluso sólo del jazz. Él mismo ha rechazado en más de una ocasión que se le trate a sí. Él es capaz de otras cosas. Y lo demuestra. De su padre y de la escuela de arte aprendió que el abanico de la música es demasiado amplio como para quedarse sólo en un sitio.

A la capital alavesa acude con un sexteto en el que, sin menospreciar a nadie, sería bueno tener en cuenta al saxofonista Yosvany Terry, un músico más que apreciable hijo de Eladio Poncho Gonzales al que es una pena no poder verlo por estos lares más a menudo liderando su propio grupo.

De todas formas, si la noche cumple todas las expectativas se podrá descubrir dentro de unas horas. Todavía quedan entradas a la venta y aunque sea martes y 13 y la lista de músicos supersticiosos sea larga tanto en el jazz como en otros géneros, esta jornada genera a priori grandes sensaciones.

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