De las cuatro acusadas, dos madres y dos hijas, sólo dos fueron condenadas ayer; una por dos delitos de lesiones con arma blanca y su madre por dos faltas de lesiones, delito que se rebajó dos grados al presentar como atenuante que desconocía que su hija portara un arma. Inicialmente el fiscal había solicitado cinco y tres años de prisión respectivamente. En 2006 las cuatro se enzarzaron en una pelea en la cual una de las víctimas recibió dos puñaladas en el glúteo y en el muslo, esta última de seis centímetros de profundidad, y su madre resultó herida con el resultado de una cicatriz de dos centímetros en el cuero cabelludo.
Ambas partes llegaron a un acuerdo de conformidad por el que las dos condenadas retiraron la acusación contra la otra madre e hija. Por su parte, la madre pagaría una multa de 300 euros y la hija no cumpliría con los seis meses por cada delito de lesiones, ya que los abogados solicitaron la suspensión de la pena. Además, deberá cumplir con una orden de alejamiento de treinta metros de las dos víctimas y una incomunicación total con ellas durante un año. Ambas deberán indemnizar a las víctimas, y también al Servicio Riojano de Salud con 420 euros por los servicios de urgencias prestados a las perjudicadas.