Arroz con pollo, con gulas, en ensalada, con salsa de cacahuete o frutas. El segundo alimento más consumido del planeta fue el ingrediente común en todos los platos del concurso gastronómico organizado ayer en Gernika bajo el nombre Arroces del Mundo. Multitud de recetas procedentes de más de quince países se unieron ayer en el Pasealeku para festejar este acto reivindicativo en favor de la interculturalidad.

«La integración y la convivencia son dos elementos fundamentales para que tanto extranjeros como vecinos convivan en armonía. Qué mejor que este tipo de convocatorias para juntarnos y conocernos», manifestó Fernando Cruz, uno de los organizadores del evento y miembro del colectivo Ideasur, Integración, Desarrollo y Educación al sur. Un exigente jurado tuvo que emplearse a fondo para seleccionar la mejor cazuela. La cuadrilla ‘peruana y sus amigas’ fue la vencedora del certamen, en el que participaron cerca de doscientas personas, y la artífice del «arroz más rico del mundo a base de marisco», según admitió uno de los jueces.

Entre un ambiente de festival gastronómico, se reivindicó la existencia de la diversidad de culturas en Euskadi. «Queremos que se reconozca la riqueza que aporta la amalgama de idiomas en nuestros barrios, así como la exigencia de mejoras en las condiciones de vida para todos los que residimos en esta comunidad, especialmente para las personas más desprotegidas y vulnerables», aseguró Cruz.

Apuntes de xenofobia

Los cocineros de la asociación Ideasur, formada por emigrantes de siete países, agradecieron la organización de este tipo de convocatorias porque «nos ayudan a conocernos en una sociedad donde cada vez hay más muestras de xenofobia», denunciaron. La cita de ayer fue la última del año, pero ya se ha celebrado en otros rincones como Iruña, Bilbao, Durango, Vallecas, San Sebastián, Otxarkoaga y Vitoria. «Hemos elegido en esta ocasión la villa foral porque hay que descentralizar la fiesta y porque este municipio cuenta cada vez con un mayor número de extranjeros», justificó.

La iniciativa Arroces del Mundo persigue además llamar la atención de la ciudadanía para que «echen a un lado esa extrañeza inquietante que se tiene a lo desconocido. Aquí participamos tanto guerniqueses como inmigrantes y así nos conocemos, y perdemos ese miedo al foráneo», añadió. Tras la comida popular, los asistentes dieron rienda suelta al cuerpo y danzaron al son de distintos bailes procedentes de Colombia, Camerún y Euskadi. «Con la actuación del gernikarra Iñaki Olano aprendimos el ritmo autóctono, mientras que Zaliu y Henry nos deleitaron con el estilo caribeño», ilustró.