No tan listos como para trabajar en Alemania

Un político de la CDU pide test de inteligencia para inmigrantes

El Mundo, ROSALÍA SÁNCHEZ / Berlín , 29-06-2010

Especial para EL MUNDO

El portavoz de la Cancillería de Berlín, Christoph Steegmans, ayer se vio obligado a asegurar que Alemania no llevará a cabo la propuesta de varios políticos cristianodemócratas de realizar un test de coeficiente intelectual a los inmigrantes como criterio para permitir su acceso al país.

Sólo unas horas antes, el portavoz de política interior de la CDU en Berlín, Peter Trapp, había propuesto efectuar pruebas de inteligencia como filtro para admitir en Alemania solamente a los extranjeros de mayor potencial intelectual. «La inteligencia debe formar parte de los criterios, y yo estoy a favor de los test de inteligencia para los inmigrantes. Esta cuestión debería dejar de ser un tabú», aseguraba Trapp.

Apenas salían a la luz estas declaraciones, las asociaciones de inmigrantes advertían contra los problemas que este criterio de selección causaría en las políticas de reagrupación familiar, y los analistas calculaban los efectos de una legislación de este tipo tras la posible entrada de Turquía en la UE.

La ola de protestas y denuncias de racismo desde todos los frentes impulsó al Gobierno a tratar de poner calma cuanto antes, aunque el portavoz Steegmans tampoco estuvo especialmente afortunado cuando declaró que «el hecho de tratar de establecer la estupidez de los inmigrantes es profundamente discriminatorio».

La propuesta fue bien vista por los sindicatos alemanes y por algunos miembros del ala bávara del partido de Merkel, CSU, cuyo parlamentario europeo, Markus Ferber, se ha pronunciado a favor de unos criterios únicos comunitarios en políticas de admisión, y que en varias ocasiones se ha referido a la inteligencia de los inmigrantes, poniendo como ejemplo la política que sigue el Gobierno de Otawa: «Canadá realiza estos test y además exige a los niños inmigrantes un coeficiente intelectual más alto que en los niños nativos».

A pesar de que el portavoz de Gobierno desautorizase a los autores de la idea, la propuesta ha conseguido ya el innegable tanto de centrar la precampaña de las elecciones regionales de Berlín, que tendrán lugar en 2011, en la inmigración como uno de sus principales asuntos, en un momento en que la crisis y el recorte de gastos del Estado está adelgazando las ayudas sociales y despiertan con relativa facilidad ciertos sentimientos xenófobos.

El alcalde de Berlín, el socialdemócrata Klaus Wowereit, haciendo caso omiso del desmentido de Cancillería, se lanzó al contraataque afirmando que «una persona que mide el valor de los seres humanos por su inteligencia está demostrando su cuestionable inteligencia, por tratarse de un criterio discriminatorio e inhumano».

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