«Si eres normal, ganar el Nobel no debería afectarte»

El Correo, TOMÁS GARCÍA YEBRA, 29-06-2010

Su escritura es seca, directa, como esos boxeadores que van punteando la cara del contrincante hasta hacerle caer sobre la lona. «Se le da demasiada importancia al Nobel de Literatura. Este premio, si eres una persona normal, no tiene por qué cambiarte o afectarte», dijo con cierto desdén esta escritora rumano – alemana que recibió en 2009 el máximo galardón de las letras y que acaba de publicar la novela ‘Todo lo que tengo lo llevo conmigo’ (Siruela).

«Cada frase que escribo la repaso quince o veinte veces; no tiene que sobrar ni faltar nada. Lo más difícil, pero lo más poético, es enlazar aquellas palabras que la lógica gramatical te dice que son incompatibles», sostiene Herta Müller (Nitchidorf, Rumanía, 1953), para quien el rechazo de los tópicos y de los lugares comunes es lo que distingue «al escritor del que no lo es».

Uno de los temas recurrentes de la Nobel es la opresión de los suabos (minoría alemana instalada en Rumanía) por parte de la Unión Soviética tras la Segunda Guerra Mundial. En ‘Todo lo que tengo lo llevo conmigo’ personifica esa «degradante situación» en la figura de un amigo, el poeta Oskar Partior (1927 – 2006), deportado a un campo de concentración de Ucrania.

Pasado familiar

«Mi madre vivió los horrores de estos campos de concentración, pues estuvo cinco años en uno de ellos, pero nunca hablaba de ello; llegó de allí avejentada, a pesar de que tenía poco más de 30 años, y no había nada de este mundo que le alegrase el rostro», explicó una autora con fama de huidiza y antipática, sambenito del que no hizo gala en su comparecencia con la prensa. «Oskar me habló de todo esto, me contó la angustia y el sufrimiento que padeció. Yo tomé algunas notas, pero su muerte, hace cuatro años, me paralizó la idea de escribir sobre su vida; tuvieron que pasar muchos meses para decidirme y convencerme de que tenía que escribir este libro. Se lo debía».

Respecto al proceso de creación, dijo que cada escritor «tiene una estructura psíquica distinta». Lo importante, añadió, es «lograr decir lo que quieres decir». La vida de Müller, que presentó la novela en el Instituto Goethe, está marcada por una atormentada infancia en la que fue descubriendo – a veces con espanto – el pasado de sus familiares.

Hija de unos granjeros suabos, su padre sirvió durante la Segunda Guerra Mundial en las Waffen – SS alemanas. En su primer libro, ‘En tierras bajas’, hace un retrato de su progenitor en el que le acusa de «torturador» y «criminal de guerra». En la obra, además de hablar con crudeza, pero sin odio, de su padre y de algunos familiares, revela la historia de represión e incomunicación de una familia suaba anclada en las convenciones religiosas y las superstición. Publicada en 1982, ‘En tierras bajas’ fue prohibida por el dirigente rumano Nicolas Ceacescu. En 1987 emigró a Alemania en compañía de su marido, el novelista Richard Wagner.

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