Por qué van a prohibir el burka

La Vanguardia, , 28-06-2010

Josep Miró i Ardèvol
Prohibir el burka y el niqab en las dependencias públicas significa considerar dichas prendas como un mal, porque sólo lo que pertenece a tal categoría puede ser prohibido, y aun no sin reparos: Joseph Raz, un filósofo del derecho, sostiene en La moral de la libertad,que el bien debe ser fomentado por los gobiernos, pero los actos malos no deben ser prohibidos excepto si dañan a terceros, o causan la muerte del sujeto.

Para prohibir es necesario disponer de razones morales y jurídicas que avalen la pretensión, de lo contrario se daña la libertad y se degrada la democracia en demagogia. En este sentido tres son las principales razones que se aducen para la prohibición del velo integral: una afirma que es contrario a la dignidad de la mujer, pero para que así fuera debería verificarse si es una vestimenta impuesta. No sólo eso, si la dignidad es vulnerada carece de sentido restringir la limitación solo a los espacios municipales. Además el debate es más amplio. Se trata de la relación entre dignidad y presencia. ¿El recato, incluso excesivo, debe ser penalizado y el exhibicionismo de tetas y culos no? ¿No es indigno ser penetrada por dinero o basta el consentimiento para redimir la indignidad?

Otra razón se refiere a la seguridad ciudadana. En una sociedad libre nadie debe ocultar su rostro. Pero la seguridad no debe limitarse sólo a unos recintos, ni puede legislarse en términos de burka o niqab, sino con carácter general, impidiendo toda prenda que permita la ocultación.

La tercera razón ha sido apuntada por el Gobierno de Zapatero al plantear su regulación en la ley de Libertad Religiosa.

Sería un error. Tales ropajes no forman parte de la religión islámica porque no aparecen en el Corán, ni en la Sunna.

Corresponden a las tradiciones de unas comunidades concretas, nada más. Y si se prohíben por considerarlos símbolos religiosos, entonces, ¿por qué no el hiyab, el pañuelo en la cabeza? ¿O la cruz en el cuello, la medalla, el traje talar del sacerdote? ¿Lo prohibimos todo en las dependencias públicas? Eso sería pervertir la neutralidad del Estado que se justifica por la diversidad de creencias. El fin de la neutralidad no es el de limitar el derecho a profesar una religión, sino lo opuesto, el facilitarlo. Una sociedad democrática debe ser capaz de dar razón de sus decisiones, de lo contrario es pasto de los demagogos.

josepmiro@ e-cristians. net
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