La natalidad cae en Navarra tras el repunte de 2008 al bajar la fecundidad de las inmigrantes

los nacimientos disminuyeron el 2,2% en 2009 tras la subida del 4,4% del año anterior

Bajan las mujeres en edad fértil y las extranjeras tienen menos niños a medida que se integran y por efecto de la crisis

Diario de Noticias, m. gonzález, 28-06-2010

pamplona. La natalidad ha caído en Navarra tras el repunte del 4,4% de 2008. El número de nacimientos descendió a 6.877 el año pasado, lo que supone una bajada del 2,2%. Las madres extranjeras, que algunos años han tirado hacia arriba de esas estadísticas, no lo hacen ya. Aunque los hijos de estas mujeres suponen aún el 20,5% de los nacimientos en la Comunidad Foral, han disminuido 0,4 puntos, un desplome menor, no obstante, que en el resto del Estado, cifrado en el 6%. Pese a este descenso, Navarra sigue siendo una de las seis comunidades autónomas con una tasa de natalidad superior a la media estatal, 10,7 por mil, según datos del Instituto Navarro de Estadística.

Dos fenómenos explican que nazcan menos niños, por un lado, hay menos mujeres en edad fértil (de 15 a 49 años) y, por otro, las que hay tienen menos descendencia. Sobre el segundo, los expertos apuntan a diferentes causas, entre ellas la crisis y la adopción por parte de los inmigrantes de los modelos familiares de Navarra.

Las grandes depresiones económicas suelen arrastrar la natalidad. El dato de los matrimonios, que también han caído – un 7,3%, para situarse en 2.517 en la Comunidad Foral – , confirma que cuando la economía no responde, las personas no se emancipan, no se casan y no tiene hijos. Que la fecundidad suele estar afectada por la coyuntura es una idea que confirma el catedrático de Sociología de la UPNA, Josetxo Beriáin. “La situación económica no sólo influye en que los inmigrantes tengan menos hijos en Navarra sino también en que algunos decidan regresar a sus países, con lo que puede bajar la natalidad, aunque la gran mayoría siguen aquí”, sostiene.

situación laboral La crisis ha podido contribuir a la menor cifra que presentan los alumbramientos entre las extranjeras, teniendo en cuenta la situación laboral de este colectivo. En buena parte de estos hogares es el hombre el que ha perdido el trabajo, y ellas lo conservan, por tanto, no pueden arriesgarlo también con un embarazo. A ello hay que añadir la menor cobertura familiar que tienen estas parejas para recibir ayuda en la crianza

Algunos expertos ven este incontestable descenso de la natalidad entre las extranjeras como un indicador de convergencia con el resto de la población que aunque puede responder coyunturalmente a la crisis, muestra, en definitiva, la intención de quedarse, de establecerse y de seguir los comportamientos reproductivos del país de acogida. “Puede ser un fenómeno de imitación de las mujeres de su edad aquí, que tienen una tasa de natalidad inferior a 1,5 hijos. Este comportamiento mimético les lleva a tener menos niños, a retrasar los embarazos, etc”. Para Beriáin, esto constituye también un mecanismo de integración. “Si las personas de su edad en Navarra tienen menos hijos, los inmigrantes hacen lo mismo. Lo importante para ellos es conseguir un trabajo y estabilizarse económicamente y no tanto tener niños”, sostiene. En todo caso, la población extranjera es muy heterogénea, y en ella, como en la navarra, los factores que determinan el número de hijos, o la edad para tenerlos son los mismos, que priman en la clase social a la que se pertenezca.

Las extranjeras están adecuando sus pautas a las de las navarras, pero, además, aquí tienen acceso a los anticonceptivos, algo que en sus países de origen no siempre sucede, por tanto, disponen de mecanismos para controlar su fecundidad. “La sociedad moderna, secular, introduce todos estos comportamientos de tendencia retraída hacia la natalidad y de uso de contraceptivos”, apunta en este sentido el sociólogo. Beriáin, sin embargo, observa diferentes comportamientos entre las mujeres de origen inmigrante en función de cuándo han llegado a su comunidad de acogida. “Los extranjeros que han venido de primera generación tienen un componente muy importante de los países de origen que les lleva a tener un comportamiento más profamilista y les conducen no a tener un hijo sino varios”.Tampoco se debe olvidar la cuestión de los abortos, que entre este colectivo rondan la mitad de los que se practican.

Esta tendencia a la baja de la natalidad entre la población extranjera es para algunos expertos imparable, con independencia de que en determinados años se produzca más reagrupaciones familiares, una mayor llegada a Navarra de mujeres jóvenes o de que se experimenta una mejoría de la situación económica.

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