Blanca Estrella Ruiz Presidenta de la Asociación Clara Campoamor

"La seguridad de una misma está por encima de la liberación sexual y la autosuficiencia"

Deia, Shaila P. Rodríguez, 28-06-2010

Bilbao. ¿Son seguras las calles de Bizkaia?

Lo serían si hubiera más vigilancia.

¿Tal vez por eso están aumentando los casos de agresión sexual?

Así es. Pero hay que hacer una distinción: se están dando más casos de violaciones por parte de un colectivo muy específico de inmigrantes. Antes teníamos las que provocaban los hombres vascos, que eran muchas, pero ahora se está sumando las agresiones de un colectivo concreto. No sucede con todos los inmigrantes, sólo con ese colectivo.

¿Han pensado en tomar medidas?

Hemos pedido a esta comunidad que ayude en la lucha, que ellos mismos den un paso al frente porque tienen la posibilidad de presentarse como acusación popular ante estos casos de agresión. Para que los agresores sepan que su colectivo rechaza estos actos.

¿Les han apoyado en la iniciativa?

De momento no lo han hecho, aunque uno de sus representante abandonó su cargo como dirigente de esta comunidad porque estaba cansado de tantas agresiones.

¿Cree usted que existe relación ente la liberación sexual de la mujer y el aumento de agresiones?

No. Se debe a que aún no hemos acabado con el machismo. Ahora, además, se está sumando un machismo mayor que considera que las mujeres son de su propiedad y que están para usarlas. Para lo que se ha liberado realmente la mujer es para denunciar. Ya no le importa hacer público que ha sido violada.

¿Por qué ese cambio de mentalidad?

Las víctimas se sienten más arropadas por las organizaciones de mujeres y por las instituciones.

Pero sigue existiendo un sentimiento de culpa en aquellas mujeres que han sido agredidas sexualmente.

A veces algunas piensan que llevaban alguna copa de más y por eso no supieron defenderse. Y no es así, ellas no tienen la culpa; son ellos los que creen que las mujeres son suyas y que pueden usarlas a su antojo.

¿Cómo acabar con ese sentimiento?

La mujer tiene derecho a que se la informe sobre las instituciones y asociaciones que tiene a su disposición en caso de agresión sexual. Y esa información debe proporcionarla la Ertzaintza. Las víctimas deben ponerse en manos de profesionales. Cuando una mujer agredida llega a la Asociación Clara Campoamor, muchas veces acompañada por la Ertzaintza, le ponemos en contacto con grupos de atención psicológica.

En estos últimos años, ¿ha cambiado la forma de agredir?

Sí, ahora las agresiones son más violentas y peligrosas. Antes las agresiones sexuales se limitaban a la violación, no había más brutalidad añadida; ahora la violación va acompañada de violencia física, tortura y asesinato.

Hay casos, como el de la menor violada en los lavabos de una discoteca de Barakaldo, que hacen pensar que las mujeres no pueden ni ir al servicio solas. ¿Es así?

Desde la asociación llevamos años aconsejando que nunca, bajo ningún concepto, una mujer debe ir sola al servicio, y menos cuando está lejos de la vista de los conocidos o camareros. Es una costumbre antigua, pero no gratuita; si se hacía desde hace años es por algo. Una mujer no es menos libre por ir al lavabo con una compañera.

¿Es cierto que el presunto violador interpuso una denuncia contra la menor alegando que la violación era falsa?

Sí, así es, pero es una estrategia común entre los agresores sexuales.

¿Dónde limita la prevención la libertad de la mujer?

Es la pregunta clave. Soy una feminista ratificada, pero hay que ser claras. La primera obligación de una mujer es velar por su vida, por su seguridad y por su integridad física y psicológica. Y después, ser una mujer liberada e independiente.

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