LOS ESTRENOS DE LA SEMANA | DRAMA

'La chica del tren', desarraigo y antisemitismo

El Periodico, Q. C., 25-06-2010

Como en sus dos anteriores películas (Otros tiempos y Los testigos), André Téchiné propone en La chica del tren una historia que pese a tener una protagonista destacada, aquel personaje sobre el que giran los hechos determinantes del relato, se nutre de una serie de figuras de apariencia más secundaria o episódica y trata con la misma intensidad muchos otros temas que el aparentemente central.

Sobre el papel, La chica del tren es un filme sobre una joven desorientada (Émilie Dequenne) que busca trabajo y estabilidad sentimental sin encontrar ni lo uno ni lo otro. Detrás de ella, de su historia que empieza de manera pausada y se vuelve poco a poco agria y desencantada, se encuentra un reflejo de la sociedad violenta del momento, focalizado en esta ocasión en torno al antisemitismo en Francia.

Otros personajes, como el turbio novio de la muchacha (Nicolas Duvauchelle), su madre (Catherine Deneuve, la actriz preferida de Téchiné), el abogado con el que la madre mantuvo un amago de relación en el pasado (Michel Blanc), el hijo del letrado y la ex esposa de éste (Mathieu Demy y Ronit Elkabetz), enriquecen progresivamente la trama hasta que de un modo u otro, de manera armoniosa, acaban relacionándose entre sí.

Téchiné tiene la virtud de radiografiar la sociedad actual o la de un tiempo relativamente cercano a partir de unos temas más o menos fijos (la homosexualidad, el racismo, la degradación de la relación amorosa, el reencuentro con el pasado) y una mirada que rehúye siempre el maniqueísmo y el discurso moralista. Ahí, y en unas cuantas innovaciones formales respecto a sus anteriores trabajos, reside el valor de su cine en general y de La chica del tren en particular.

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