JUZGADOS

«¿Sabe lo que es tener 4 hijos en la cárcel y criar a 13 nietos?»

La Voz de Galicia, Alberto Mahía, 25-06-2010

Un hombre lleva 6 meses ante los juzgados pidiendo justicia para sus chicos presos

Un hombre lleva 6 meses ante los juzgados pidiendo justicia para sus chicos presos

Antonio Jiménez lleva seis meses a pie quieto en la puerta de los juzgados coruñeses. No falla nunca. Ahí está de nueve a dos. Y no lo van a mover del banco de piedra de la entrada mientras que los cuatro hijos que tiene en prisión no salgan a la calle. A dos los detuvieron después de protagonizar una pelea en fin de año, y a los otros dos los entregó él en la comisaría al enterarse de que los estaban buscando. Desde entonces tiene a su cargo a las cuatro mujeres de sus hijos presos y a 13 nietos. Más lo suyo, que también se las trae, pues su esposa está muy enferma y ha de seguir montando su tenderete por las ferias de Galicia. Su bolsillo no puede escurrir más dinero. Está desesperado. Su casa de la calle Orillamar está en pleno deshielo. «¿Sabe lo que es tener 4 hijos en prisión y criar a 13 nietos? Pues pruébelo y luego me dirá», afirma.

Este gitano nacido en Vilalba hace 68 años, padre de 14 hijos y abuelo de 45 nietos, es presidente de los vendedores ambulantes. Jiménez sentó a su mesa a alcaldes, mandos policiales y gobernadores. Y en todo cuanto diálogo o encuentro hubo entre los gitanos coruñeses y las autoridades municipales posó él para la foto. Porque lo que habla es palabra de Dios en su comunidad. Pero antes de ser patriarca fue emigrante en Alemania (empleado de Opel), regresó a A Coruña y se puso a trabajar en el puerto, para luego ganarse el pan con la venta ambulante. Ahora trata de convencer al juez de que sus cuatro hijos no merecen permanecer un día más en prisión preventiva, que «no son ningunos asesinos o delincuentes, que no mataron a nadie». De los cuatro que están en la cárcel de Teixeiro, solo uno cuenta con antecedentes. «Cometió un error y se lo hice saber. Hablé con él y lo enderecé. Le hice ver que solo con el trabajo honrado se gana uno la vida. Pagó por aquello un año de cárcel y nunca más había hecho nada malo. Hasta que en fin de año se emborrachó, quiso entrar en un pub, no lo dejaron por ser gitano y él se peleó». Así es como sucedieron los hechos para Antonio Jiménez.

Agresión

Lo que hicieron, según el auto de procesamiento, es acudir a un pub a las cuatro de la madrugada en la noche de fin de año y agredir a los porteros porque no los dejaban pasar. La policía aseguró en el atestado que el propietario del establecimiento les prohibió el paso porque con anterioridad habían protagonizado graves altercados. Incluso llegó a declarar que los hijos de Antonio Jiménez lo habían extorsionado, que lo habían amenazado con destrozarle el negocio si no accedía a darle a ellos la exclusiva de la venta de droga en el establecimiento. Dijo de los ahora reclusos cosas horrendas. Como que pertenecían a una banda organizada que se dedicaba a extorsionar a los hosteleros de la zona de copas del barrio del Orzán.

El atestado policial tampoco los ayudó. Los agentes relataron que aquella agresión de Nochevieja «obedecía a un plan preestablecido, pues resulta obvio que nadie acude a un establecimiento de ocio para celebrar el año nuevo provisto de armas o instrumentos potencialmente ?peligrosos».

Fue un ataque – continúa el atestado policial – «por sorpresa, sin posibilidad de defensa por parte de las víctimas». Resulta igualmente evidente, según precisan los investigadores, la «actuación grupal» en la brutal acción, «por cuanto concurren al menos ocho sujetos».

De todo eso no queda en el historial de los reclusos más que un delito de lesiones. Se demostró que ni eran una banda ni extorsionaban. Por lo tanto, «por un delito de lesiones nadie está seis meses en prisión preventiva». Se queja de que haya violadores o asesinos que los sueltan a espera de juicio y que sus hijos estén donde están.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)