SÓLO una semana después de que el ministro de Justicia se posicionara en contra del burka y anunciara que la futura ley de libertad religiosa limitará su uso, y el mismo día que el PSC prohibía esta prenda en los edificios públicos de Hospitalet, el PSOE se oponía en el Senado a legislar en ese sentido. El argumento empleado por Leire Pajín es que en España «no existe» problema con el burka. Hoy debía votarse en la Cámara Alta una propuesta del PP para solicitar la prohibición de esa vestimenta, pero los socialistas la han enmendado con el apoyo del resto de grupos. La resolución que se aprobará apela al «respeto a la identidad individual» y a la «legítima expresión de las convicciones», y aboga por una mayor colaboración con las comunidades musulmanas. Resulta contradictorio que mientras se prohíbe que los militares rindan honores en las manifestaciones religiosas y se anuncia la retirada de crucifijos y otros símbolos católicos de los espacios públicos, se abra la mano con el burka. Además, en un asunto tan sensible, el PSOE no puede estar dando pasos adelante y atrás, como en la yenka.