Un coche patrulla en la puerta de la casa; dentro, un policía cubre a sus compañeros que rastreaban la parcela. :: J. M. RODRÍGUEZ / AGM

¿A qué se debió la visita nocturna que tres magrebíes armados con palos y ocultos bajo pasamontañas realizaron el domingo a una finca de La Guía? ¿Por qué dos vecinos los recibieron a tiros en la casa? En una deuda por tráfico de drogas está la respuesta a ambas preguntas, creen en la Guardia Civil, aunque de momento la investigación sólo ha permitido detener a cuatro de ellos como presuntos autores de otros tantos delitos de robo con fuerza en grado de tentativa e intento de homicidio. El quinto arrestado ha sido imputado por tenencia ilícita de armas, según la Delegación del Gobierno.

Los cinco son todos los implicados en el tiroteo que el domingo a medianoche mantuvo en jaque a una decena de patrullas de la Policía Local de Cartagena y de la Guardia Civil en Los Roses, un tranquilo paraje poblado de caseríos y fincas agrícolas ubicado entre La Guía y la diputación de La Aljorra. Los asaltantes sufrieron heridas de bala de distinta consideración, mientras que quienes los esperaban en la casa salieron ilesos del enfrentamiento.

Los investigadores sospechan que los tres individuos heridos, dos de ellos de nacionalidad argelina y otro marroquí residentes en Cartagena, entraron en la finca ocultos bajo pasamontañas y armados con objetos contundentes. Iban con la intención de cobrarse por las bravas alguna deuda cuyo origen trata de determinar la Guardia Civil, aunque la principal hipótesis es que se trata de un asunto relacionado con el narcotráfico. Cuatro de los cinco implicados tienen antecedentes por delitos contra el patrimonio y tráfico de drogas, confirmó la misma fuente oficial.

Dentro de la casa, los asaltantes no se encontraron precisamente con gente dispuesta a dialogar, sino a un vecino de Los Roses, viejo conocido de la Policía, que respondió a la visita disparando sin descanso al menos dos de las tres pistolas que tenía a su disposición. Éste estaba acompañado por un amigo residente en Mazarrón.

El tiroteo se prolongó por fincas contiguas, por cuyas tierras intentaron huir los tres norteafricanos al verse acribillados a balazos en la oscuridad de la noche. Dos consiguieron zafarse del pistolero corriendo y saltando vallas como gamos, pese a estar malheridos. Así lograron llegar a la carretera de La Aljorra, donde fueron detenidos por la Guardia Civil y trasladados al Hospital del Rosell, donde se recuperan de las heridas de bala y varias fracturas.

Salvado por el 061

El tercero, alto y grueso, apenas pudo correr una decena de metros. Quedó tumbado junto a la piscina de una casa contigua, medio muerto y sangrando a chorro. Recibió tres tiros: uno le atravesó un pulmón; otro le causó una hemorragia interna. Aun así, un médico del 061 le salvó la vida en el lugar del tiroteo y los doctores de la Arrixaca lograron recomponerlo más tarde, tras más de cuatro horas de intenso trabajo sobre una mesa de operaciones. Anoche permanecía en la UCI del hospital murciano y su estado era muy grave.

Los dos españoles también huyeron del lugar aprovechando su conocimiento del terreno. Sin embargo, el acompañante del presunto autor de los disparos fue localizado sobre las dos de la mañana en la carretera de Pozo de los Palos por una de las patrullas policiales desplegadas en un radio de tres kilómetros. El otro fue arrestado algo más tarde también en la zona de La Guía después de una intensa batida de los agentes.

Ambos huyeron de la finca de Los Roses dejando tiradas por el suelo las tres pistolas utilizadas en el tiroteo y abundante munición, que fueron incautadas por la Guardia Civil.