El joven que arrolló a un magrebí alega que conducía «'fumao' y sintonizando la radio»

La Verdad, J. A. G., 22-06-2010

Que conducía despistado y bajo los efectos de las drogas, y que todo fue una trágica coincidencia. El joven Francisco Javier A. C. defendió ayer ante un jurado popular que no quiso quitar la vida al inmigrante marroquí Youssef Inaou cuando le arrolló con su coche el 15 de enero de 2009 en una carretera de La Unión. Ocurrió a las cuatro menos diez de la tarde cuando chocó por detrás con el magrebí, que iba en bici y al que había amenazado de muerte tiempo atrás tras una serie de enfrentamientos que llegó incluso a los tribunales.

«No quise atropellarlo. Iba conduciendo despistado. Iba ‘fumao’ de dos o tres porros y sintonizando la radio. Cuando me di cuenta, ya estaba saltando por delante del coche», declaró en la Audiencia Provincial el acusado, para quien la Fiscalía reclama trece años de cárcel por homicidio doloso o imprudente.

Tramo de carretera bueno

El tribunal popular debe aclarar si el reo tenía intención de atropellar al magrebí y, en caso afirmativo, si lo hizo para matarlo, si actuó aceptando la «posibilidad» de que el magrebí podía perder la vida por efecto del choque o si quería lesionarlo pero no matarlo.

El jurado también puede concluir que el conductor del coche no quería embestir a Youssef, y que por tanto es cierta su versión de que no iba atento a la carretera.

Durante la vista, según fuentes judiciales Francisco Javier argumentó que la radio de su Volkswagen Golf no tenía búsqueda automática de emisoras. Según la Fiscalía, el tramo de carretera estaba «en perfecto estado de conservación» y había «adecuadas condiciones de visibilidad y climáticas».

Respecto a una posible venganza, el acusado afirmó que la enemistad con la víctima era cosa del pasado. Aseguró que hizo las paces con Youssuf y que hasta su padre le convenció para darle un abrazo en señal de reconciliación. «Cuando me enteré de que el muerto era él se me vino el mundo encima», aseguró a la sala.

Francisco Javier admitió que poco antes del accidente amenazó al inmigrante con «darle una paliza», pero restó valor a esa advertencia. Asimismo, reconoció que estuvo mal no prestar auxilio a la víctima, pero destacó que confesó de inmediato lo ocurrido al llegar al cuartel de la Guardia Civil y entregó las llaves de su coche. El juicio sigue hoy.

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