El burka no es un símbolo religioso y, por tanto, su prohibición no debe incluirse en la futura Ley de Libertad Religiosa que prepara el Gobierno central. Hay que elaborar una norma específica para vetar el uso del velo integral islámico en los equipamientos públicos y, si es menester, en la calle. Esa es la posición que ayer defendió la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez – Camacho, recelosa de que la ley que prepara el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, sirva a la postre para prohibir otras prendas propias de la religión católica.

En un mitin en Barcelona, arropada por Mariano Rajoy, Sánchez – Camacho pidió al Gobierno que no busque excusas para prohibir otra clase de indumentarias aprovechando el veto al burka y el niqab. “Cataluña y España son de tradición cristiana”, dijo la líder del PP catalán, que insistió en la necesidad de apartar el debate sobre el burka de la esfera religiosa. “No queremos que esté en la ley de libertad religiosa, porque es una cuestión de defender los derechos y la igualdad de las mujeres”, resaltó.

Sánchez – Camacho reiteró que, la próxima semana, el debate llegará al Senado y subrayó la hipocresía del resto de partidos. “Nos criticaron y nos llamaron oportunistas”.

La advertencia de Sánchez – Camacho se produjo un día después de que siete entidades musulmanas expresaran su oposición al velo integral porque “genera rechazo, dificulta la convivencia y transmite una imagen negativa de los musulmanes”. Entre los firmantes del manifiesto está el diputado del PSC y presidente de la asociación Ibn Batuta, Mohammed Chaib.