El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido prohibir el uso del burka y del niqab en los equipamientos municipales. El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, anunció ayer tras la reunión de la comisión municipal de Política de Inmigración, que esta misma semana firmará un decreto en el que se da la instrucción de impedir el acceso a los equipamientos municipales vistiendo el velo integral o cualquier otro elemento que impida la identificación personal.
Hereu aseguró que la medida responde a la aplicación del «sentido común» ya que, «por seguridad», tampoco se permite la entrada a los equipamientos municipales «con casco o pasamontañas». El burka es una túnica que tapa a la mujer completamente, de pies a cabeza, y que tiene una rejilla a la altura de los ojos para permitir la visión, y el niqab es un velo que sólo deja los ojos al descubierto.
La comisión de Política de Inmigración estudió ayer el informe jurídico que el Ayuntamiento de Barcelona encargó sobre sus competencias para regular el uso del burka y el niqab en la ciudad. El informe estima que el ayuntamiento no puede regular el uso del velo integral en el espacio público pero si en museos, guarderías, centros cívicos, servicios sociales, bibliotecas, mercados y oficinas de atención al ciudadano, de los que tienen titularidad exclusiva.