Nisrin asoma la cabeza entre las cortinas azules del teatro y ve una platea a rebosar, sin una sola butaca vacía. Faltan pocos minutos para las cuatro de la tarde, momento en el que subirá el telón, y los nervios empiezan a descontrolarse. Están todos sus compañeros de la Escola Vedruna Àngels, donde cursa segundo de ESO, y los del IES Milà i Fontanals, centro que les cede el auditorio (en el Vedruna no tienen teatro). Nadie quiere perderse el estreno mundial de High School Bollywood, musical escrito y dirigido por la apasionada Rose M. Blanco, profesora de inglés de la clase de Nisrin desde quinto de primaria, quien elaboró el guión, íntegramente en la lengua de Shakespeare, pensando en cada uno de los chavales. «Participan todos, cada uno hasta donde puede. Pensé los papeles a partir del carácter de cada chico y de su nivel de inglés», explica orgullosa.

Nisrin interpreta a Urmila, la pérfida líder de las chicas malas, a la que la bella y dulce Shivani –interpretada por Noemí–, le levantará el novio, el apuesto Roy, a quien da vida el no menos apuesto Arnold, quien, a sus 13 años y con un trabajado movimiento de caderas, levanta pasiones entre el público adolescente (en la foto grande de arriba, el chico de la derecha).

La sonriente Hafsa está sentada en la primera fila. Ella no actúa, pero está nerviosa y contenta como si lo hiciera. «¡Ya verás qué chulo!», le dice a su compañera de butaca (se sienta en su regazo), la niña de origen paquistaní, perfectamente ataviada como para lanzarse al escenario en cualquier momento y emocionada de que Bollywood tome su colegio.

Homenaje al inmigrante

«En nuestra escuela y en nuestro barrio existe una gran diversidad cultural y, aunque las desavenencias entre las distintas comunidades no son importantes, tampoco existe un interés mutuo. Fomentar el conocimiento entre todos es una manera de apostar por la convivencia y no solo la coexistencia», explica Blanco. Precisamente por eso apostó por un musical de Bollywood.

«Esta obra también tiene como objetivo homenajear al inmigrante y hacerle sentir un poco en casa», prosigue la profesora. Y es que, precisamente, el inmigrante asiático y su cultura son los protagonistas de High School Bollywood. «Han visto que su cultura es valorada por alumnos catalanes y de otras procedencias y desaparece un poco la vergüenza que algunos alumnos sentían sobre sus orígenes y su cultura al ver tararear y bailar a sus compañeros las canciones de su país», relata Blanco. Bastaba echar un vistazo ayer al auditorio del Milà i Fontals para verificar estas palabras, no solo en referencia a los alumnos, sino también a los padres.

Noemí y Arnold, ovacionados protagonistas del montaje junto a Nisrin, personaje que cierra el trío, son, como el resto de chavales que conforman el elenco de la divertida y logradísima High Scool Musical, alumnos de segundo de ESO de la Escola Vedruna Àngels. Los tres estuvieron ayer una hora y media sobre el escenario, hablando un fluido inglés que no les traicionó en ningún momento, mientras bailaban infatigables al más puro estilo Bollywood. «Han sido muchísimas horas de trabajo en la escuela y en casa, pero ha valido la pena», apunta Blanco, quien, al terminar la función, recibe felicitaciones de padres y el claustro al completo.

Ni Arnold, ni Noemí ni Nisrin había bailado ante el público antes, aunque a los tres se les ha quedado el gusanillo dentro. «Yo bailaba jerk en la calle con mis amigos, pero ya está», precisa Arnold, quien admite que cuando le cayó encima el papel protagonista se le hizo una montaña, pero que le pilló el gustillo pronto y ya se siente entre bambalinas como en casa. Noemí, por su parte, sueña con Broadway. Tiempo al tiempo.