Un asaltante del chalé de los Ferri quedará libre si paga 6.000 euros

Las Provincias, A. RALLO | VALENCIA., 15-06-2010

Si J. A. Montoya, uno de los condenados por el asalto al chalé de la familia Ferri, consigue reunir 6.000 euros podrá salir en libertad provisional de la cárcel de Picassent. Esta es la decisión que ha acordado la sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia en un auto al que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS.

Aparte de abonar esta cantidad, el condenado deberá comparecer los lunes y viernes de cada mes en la secretaría del tribunal para firmar. Si incumple esta obligación, se dictará auto de búsqueda e ingreso en prisión. También se le ha retirado el pasaporte para impedir que pueda abandonar el país.

La sentencia del robo en el chalé de los Ferri, donde murieron dos de los asaltantes por disparos en legítima defensa del empresario Francisco Ramírez, se hizo pública el pasado 20 de abril. No obstante, el fallo ha sido recurrido al Tribunal Supremo.

Un mes después se acordó prorrogar la prisión provisional para el condenado hasta el día en que Montoya cumpliera la mitad del tiempo por el que fue condenado en la sentencia de la Audiencia, once años y dos meses. Sin embargo, se presentó un recurso en el que se aportaban nuevos datos que permitían acreditar la situación de arraigo del colombiano, tal y como ahora se recoge en el auto de la sección segunda.

En concreto, que está casado con una española «y que mantiene con ella, a pesar de estar en prisión, comunicaciones semanales». Su mujer, según el documento, vive en una localidad cercana a Valencia y tuvo un negocio, en el que con anterioridad a los hechos, el condenado trabajó como montador de muebles.

Estas informaciones modifican «las previsiones razonables de riesgo de fuga». Ahora, el tribunal entiende que Montoya «tiene vínculos personales estables y sólidos en España y puede optar a regularizar su situación en territorio español».

Además, también se da otra circunstancia a favor del preso. Si la sentencia fuera confirmada tras resolverse el recurso, su situación permite mejorar el pronóstico de tratamiento penitenciario futuro. Es decir, el medio social al que regresa el preso al salir de la cárcel es uno de los factores básicos a la hora de decidir ciertos beneficios penitenciarios.

La fianza – los 6.000 euros impuestos – se establece teniendo en cuenta que es «razonable» considerar que debido al tiempo que lleva en prisión «sus posibilidades de obtener recursos se hayan visto limitadas o afectadas». El hombre se encontraba en prisión provisional desde el 9 de junio de 2006.

El tribunal mantiene la prohibición de que Montoya se acerque o comunique a través de cualquier medio con la familia del empresario, al igual que con los caseros de la vivienda, que también fueron víctimas del asalto a su residencia. Los guardeses vivían en una vivienda dentro de la propia parcela del chalé de los Ferri.

Si Montoya fuese finalmente condenado por el Supremo a igual pena que recoge la sentencia de la Audiencia, el hombre ya habría cumplido la tercera parte de la condena, lo que puede reducir el riesgo de que decida fugarse.

La sentencia del caso Ferri absolvió al empresario de la muerte de dos de los ladrones al actuar en legítima defensa. El grupo de acusados fue castigado con penas de entre 12 y 17 años de prisión por los delitos de robo con violencia e intimidación, allanamiento de morada, detención ilegal, lesiones y, en dos de los casos, por depósito de armas de guerra.

Otro coletazo del caso Ferri

A la espera de la decisión final del Supremo, el caso Ferri todavía tiene otro fleco pendiente, que sigue su curso en el juzgado de primera instancia e instrucción número 3 de Valencia.

Se trata de las amenazas de Elisabeth, la hermana de una de las víctimas que se produjeron en una de las vistas del juicio. «Cabrones, terminaréis todos igual que mi hermano», dijo a los miembros de la familia del empresario.

La mujer declaró recientemente en un juzgado cercano a Madrid por estos hechos. Pese a que existe una grabación de una televisión de los hechos, la denunciada negó los hechos. Al parecer, sólo falta el testimonio de uno de los agentes que acompañó a Elisabeth fuera de la sala.

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