FÚTBOL / El ascenso de la Real

Un uruguayo de Andoain aúna a la Real Sociedad

El Mundo, MARTÍN LASARTE LEYRE HUALDE / San Sebastíán , 14-06-2010

A Martín Lasarte (Montevideo, 20-3-1961) le ha bastado una temporada para lograr el reto que asumió en junio de 2009: sacudir los complejos que mantenían a la Real Sociedad desde hacía tres años en el infierno de Segunda y despejar las dudas que generó el equipo la campaña pasada para devolverlo a la Primera División. El uruguayo, una vez más, ha conseguido su objetivo. Lo mismo hizo en Rentistas, en el Nacional de Montevideo o en el Danubio, algunos de los equipos de su país natal en los que ha triunfado desde que, en 1997, colgara las botas para seguir ligado al fútbol desde los banquillos.

Pablo Balbi, preparador físico de la Real Sociedad y hombre de confianza de Lasarte, vivió con él estos triunfos. «Casi siempre hemos tenido la suerte de cumplir los objetivos de los clubes en los que hemos trabajado», afirma. Balbi sólo tiene halagos para Lasarte, con quien ha compartido banquillo en cuatro conjuntos: «Entrenando siempre es apasionado, trabajador, honesto y muy firme».

Adjetivos que han acompañado a Lasarte a lo largo de toda su carrera deportiva, primero como jugador, desde su debut en 1980, y después como entrenador. Peio Uralde, ex futbolista y actual agente de jugadores, formó parte, al igual que el uruguayo, de la plantilla que ascendió al Deportivo de La Coruña en 1991. Después, sus carreras profesionales les han hecho coincidir en bastantes ocasiones. «No creo que como entrenador sea igual que como jugador, pero la esencia se mantiene», asegura Uralde. «Estaba convencido de que se ganaría a la gente en San Sebastián, como se la ha ganado en todos los sitios donde ha estado», añade.

Martín Lasarte ha contado siempre con el cariño y el apoyo de la afición. En la memoria de sus compañeros en el Dépor están grabados los cánticos que se escuchaban cuando Lasarte salía a por el balón desde su puesto en la defensa. «Martín tenía un repertorio propio en la grada-, explica Alberto Albístegui, ex jugador del Dépor y de la Real Sociedad-: ‘Saca el machete, Lasarte, saca el machete’, con la música de Guantanamera».

Con su carácter y su juego, Lasarte no sólo se ganó a los seguidores, sino también a sus compañeros, lo que demuestra el hecho de que fuera capitán en seis de los ocho equipos en los que jugó. Albístegui le recuerda en su papel de capitán del Dépor: «Martín es muy profesional, cuida mucho los detalles y nunca dice una palabra a destiempo. Además, hace equipo y consigue unir a la gente en torno a un objetivo. Aunque coloca por encima lo colectivo, no olvida a cada persona y, así, logra que todo el mundo sume». En opinión de este ex jugador, que ahora sigue el fútbol desde fuera, esta ha sido la clave de muchos de los puntos que ha logrado la Real Sociedad esta temporada.

El ascenso de la Real supone un nuevo hito en la carrera de Lasarte. Una carrera que se sigue con interés en Uruguay, ya que el técnico logró victorias importantes, tanto en la Primera como en la Segunda División uruguaya. Entre estos triunfos destaca el campeonato ganado al frente del Nacional de Montevideo en 2005 sin perder ninguno de los encuentros disputados. «Si tengo que buscar un fracaso de Martín no lo encuentro», dice Carlos Carrica, periodista deportivo de Últimas Noticias en Montevideo y gran admirador de Lasarte.

Del técnico destaca su firmeza, así como su convicción y confianza en su trabajo: «Su seguridad la transmite; hay decenas de ejemplos de jugadores que vaguean con un entrenador y con él son todo sacrificio, como podría ser el caso de Carlos Bueno, que era muy díscolo y en la Real Sociedad está funcionando bien». Carrica no tiene dudas: el ascenso del conjunto donostiarra colocará a Martín Lasarte en la agenda de muchos clubes: «Los grandes equipos de Uruguay y Argentina le mirarán de otra manera. Seguro que comienzan a llegarle ofertas para que vuelva».

Sin embargo, el ascenso supone la renovación inmediata del contrato de Lasarte y su equipo al frente de la Real. Balbi, preparador físico del club, asegura que ambos están felices en la ciudad. Sobre todo, Lasarte: «Martín tiene familia en la zona y está muy contento de estar aquí. El destino lo puso en este camino y para él lograr este ascenso supone un triple orgullo: por el club, por la ciudad y porque ésta es la tierra de su familia».

Su padre nació en Andoain, una localidad que Lasarte conoció cuando tenía tres años y que se convirtió en un punto obligado de visita cada vez que venía a España. El 2 de diciembre de 2009, la localidad guipuzcoana le rindió un homenaje. La idea partió de su alcalde, Estanis Amutxastegui: «Para un pueblo humilde como el nuestro es importante que alguien como él reivindique con ese cariño sus orígenes andoaindarras».

A sus 49 años, Martín Lasarte ha triunfado en la tierra de su padre al que ayer se refirió mirando al cielo lluvioso de Anoeta. En sus manos cayó un equipo falto de confianza y él se la ha devuelto. Ha encajado en el perfil de la Real Sociedad gracias a una virtud que repiten todos los que le conocen: aporta tranquilidad y da confianza a los jugadores. Alberto Albístegui matiza aún más este diagnóstico: «Un activo de la Real Sociedad siempre ha sido el vestuario, el compañerismo. Hacía falta una persona que canalizara eso. Lasarte lo ha logrado y ha creado un equipo cohesionado». Ahí estaba el secreto del éxito que encontró este uruguayo vasco de corazón.

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