Más de 600 personas se beneficiarán de un proyecto de viviendas de acogida para personas inmigrantes puesto en marcha por Cáritas gracias a un convenio con el Ayuntamiento de Murcia. El objetivo es, explicó ayer el Consistorio en un comunicado, facilitar «una primera acogida humanitaria y cuidados de primera necesidad a personas y familias inmigrantes», adoptando medidas que posibiliten su integración social, cubriendo las necesidades básicas de residencia, salud, educación, manutención y ofreciendo servicios de apoyo para la adaptación.

Desde el año 1993, el Ayuntamiento de Murcia «viene colaborando y apoyando las iniciativas sociales que se están llevando a cabo desde Cáritas Diocesana Murcia, en la que cabe destacar el desarrollo de proyectos» como este, que pretende ofrecer viviendas de acogida para personas inmigrantes. Además, se «presta una especial atención a los menores».

Entre las actuaciones que Cáritas y el Ayuntamiento de Murcia llevarán a cabo en 2010 destaca el proyecto CAYAM (centro de acogida y atención al menor), que incluye la concienciación a las familias de la importancia de la incorporación de los menores a la escuela, y el desarrollo de habilidades de convivencia y relación que posibiliten una adecuada inserción activa al entorno escolar y social desde su propia identidad cultural.

Asimismo, se pretende crear un espacio de referencia afectiva para los niños, donde se cubran sus necesidades básicas de formación, alimentación, ocio y afectividad. Pero sobre todo se quiere motivar a las familias para que vean la importancia de que sus hijos asistan con regularidad a las escuelas, con el fin de erradicar el absentismo escolar.

Afectados por la crisis

Los inmigrantes se están viendo especialmente afectados por la crisis, y Cáritas intenta hacer frente al aumento de las necesidades. La ONG católica atendió el año pasado a 95.048 personas en la Región. El número de quienes acudieron a pedir ayuda a las parroquias y delegaciones de Cáritas subió un 54% con respecto a 2008. Sin embargo, la solidaridad también creció. Las donaciones se dispararon un 244%, según la memoria de la organización.

Las parroquias de base atendieron el año pasado a 30.000 inmigrantes. A ellos y al resto de personas en situación de exclusión social, Cáritas destinó 1.200 toneladas de alimentos, y también ayudó ofreciendo ropa, transporte y residencia a muchas de estos personas. Además, 2.830 desempleados fueron asesorados en los puntos de orientación laboral, donde se gestionan sobre todo ofertas y demandas de limpiadoras y trabajadoras del hogar.